Para la comunidad diplomática, la Convención de Viena de 1961 es el instrumento orientador y regulador para los países, en el ámbito de sus relaciones diplomáticas. Un documento internacional que permite un distanciamiento con prácticas impulsivas entre los países y que ha pervivido hasta la actualidad.
Los fenómenos internacionales al igual que los locales, son cambiantes en razón de la renovación o ampliación de actores, intereses y recursos. Ese escenario constantemente aumenta la brecha con las normas y procedimientos establecidos. No obstante, es aún más complejo codificar el derecho internacional que legislar a nivel nacional, entran en juegos diferentes actores con diferentes pesos político, económico y militares.
Una práctica reciente e inusual en el ámbito internacional, ha sido los “llamados a consulta de los Embajadores”, como el presente caso de países como México, Colombia y Argentina que han activado este mecanismo a Nicaragua. En el artículo 45 de la Convención antes mencionada, se describe directamente el tema de las rupturas diplomáticas, sin contemplar las medidas previas para su activación, brindando un margen de acción a los países acorde a las circunstancias.
A nivel doctrinario y en la praxis diplomática observamos dos variantes, con respecto a la adopción de medidas en caso de tensión diplomática. Para Papini y Cortese puede denominarse, a medidas diplomáticas en momentos de tensión, como una suspensión de las relaciones diplomáticas.
Nicaragua llama a consulta a sus embajadores en México, Argentina, Colombia y Costa Rica
Durante el Gobierno interino de Jeanine Áñez, asumieron que la naturaleza de las acciones diplomáticas hacia Cuba, respondía a una suspensión con el Gobierno. Para el vicecanciller de Bolivia Eduardo Zannier, el alcance de la suspensión se basa en la paralización de todas las conversaciones, negociaciones y acuerdos oficiales y gubernamentales, lo único que queda es una pequeña representación.
Por su parte doctrinarios como Rosseto y Vilariño, afirman que las medidas adoptadas en procesos de tensión, forman parte de una escalada que termina con una ruptura de las relaciones diplomáticas, en pocas palabras no contempla la existencia de la figura de suspensión.
Para el especialista Eduardo Jara, reconoce la figura de suspensión y la describe, como un mecanismo de rectificación, un cambio de actitud del país que ha infringido una normativa internacional o agraviado a otro país.
Las medidas diplomáticas en procesos de tensión han sido varias: convocatoria de embajador, llamada a consulta y retirada de Embajador. El llamado a consultas es un indicativo de grave crisis diplomática entre Estados. Por ejemplo España, es uno de los países que ha activado recientemente este mecanismo, ante la narrativa de la dictadura de Ortega.
Observamos la activación del llamado a consulta, iniciando el siglo XXI en la crisis del Islote de Perejil con Marruecos en el 2002, así mismo lo hizo con el golpe de Estado en Honduras en 2009. Ante la ausencia de la figura del embajador, quien suple la representación de una misión diplomática, es un encargado de negocios ad interin
Considerando la activación de llamado a consulta, los pasos siguientes son la reducción del personal, la suspensión temporal de algunas actividades y el enfoque en actividades básicas, congelación de cuentas. Si se materializa una transición, los países suelen expulsar al cuerpo diplomático del gobierno autoritario y buscan reconocer al cuerpo diplomático de la autoridad legitimada
Con el inicio de las campañas electorales correspondiente a las elecciones presidenciales, Ortega podría inclinarse a aumentar y ampliar las políticas represivas, evitando el desplome de su figura política dentro de sus filas y evitando micro implosiones. Un escenario previsible ante la promulgación de la Ley renacer y las nuevas medidas a nivel de la Unión Europea. Este escenario implica la suspensión de las relaciones diplomáticas, en ciertas misiones diplomáticas.
En las últimas décadas, se logra identificar un cambio en la diplomacia de crisis, los países ahora deciden examinar minuciosamente la gravedad de los eventos en los territorios, conforme al análisis prospectivo, se valora el avance y acompañamiento hacia un proceso de transición, lo que permite la reducción de las rupturas diplomáticas.
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*Este es un artículo de opinión cuyo autor es nicaragüense
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