Presidente tico asegura que se filtra a migrantes que buscan refugio y que los que ingresan reciben atención
El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, aseguró hoy que su Gobierno atiende con todas las herramientas disponibles el flujo migratorio de nicaragüenses a causa de la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua.
«Nos ha tocado atender la situación migratoria y eso preocupa a la ciudadanía, pero lo hemos hecho con todas nuestras herramientas disponibles desde el punto de vista migratorio, político y de derechos humanos», dijo el presidente en una entrevista con la emisora Radio Columbia.
Desde que estallaron las protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega el pasado 18 de abril, que han sido reprimidas con violencia, Costa Rica ha experimentado un crecimiento en las solicitudes de refugio y en la entrada de migrantes, aunque las cifras globales de cuántas personas han cruzado la frontera no están claras.
«Es una situación compleja, pero hemos dispuesto los recursos para atenderla, para registrar a las personas que ingresan; para que las que tienen antecedentes y no deben ingresar repelerlas en las fronteras; y para que aquellas que solicitan refugio y buscan contribuir al país positivamente, lo puedan hacer», expresó el mandatario.
Filtran a refugiados
Los últimos datos oficiales indican que hasta el pasado 10 de agosto Costa Rica rechazó a 1.000 nicaragüenses que buscaban ingresar al país de manera ilegal, y que se detectaron 20 casos de «coyotes» (personas que movilizan migrantes ilegalmente).
Cerca de 10.000 nicaragüenses han acudido a una cita ante la Dirección General de Migración para solicitar refugio y otro tanto espera por ser citados.
Las autoridades migratorias han detectado que más del 80 por ciento de los nicaragüenses solicitantes de refugio están radicados en Costa Rica desde antes de la crisis en su país y lo que buscan es regular de esa forma su situación migratoria.
Las autoridades de Costa Rica mantienen habilitados dos albergues para migrantes que fueron utilizados tres años atrás para atender un flujo de más de 30.000 africanos, cubanos y haitianos, a quienes el Gobierno de Nicaragua les impidió el paso y quedaron varados en Costa Rica.
Estos albergues son utilizados por pocos nicaragüenses, ya que la mayoría prefiere trasladarse a la capital San José y sus alrededores donde tienen familiares o conocidos que les brindan ayuda.
Antes de la crisis nicaragüense en Costa Rica, país de 4,9 millones de habitantes, vivían legalmente cerca de 400.000 nicaragüenses, pero organizaciones no gubernamentales creen que la cifra total, contando personas irregulares, puede ser del doble.
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