En un giro dramático del conflicto en Medio Oriente, Estados Unidos ejecutó el domingo 21 de junio ataques aéreos contra tres instalaciones nucleares iraníes, marcando su entrada directa en la escalada entre Israel e Irán. El presidente Donald Trump confirmó la operación, dirigida a los sitios de Fordo, Natanz e Isfahán, y la calificó como un «éxito rotundo» en un mensaje publicado en Truth Social. Según fuentes confiables, los bombardeos buscan frenar las ambiciones nucleares de Teherán, aunque las consecuencias podrían reconfigurar la estabilidad regional.
Los ataques, ejecutados con bombarderos furtivos B-2, se centraron en instalaciones clave del programa nuclear iraní. Fordo, un complejo subterráneo cerca de Qom, fue el principal objetivo, recibiendo múltiples bombas antibúnker de 13,600 kilos, diseñadas para penetrar fortificaciones profundas. Natanz, el mayor centro de enriquecimiento de uranio, e Isfahán, un núcleo de investigación nuclear, también fueron impactados. Un funcionario estadounidense citado por The Wall Street Journal afirmó que los sitios atacados son «el corazón de la infraestructura nuclear iraní», aunque evaluaciones iniciales sugieren que Fordo no fue completamente destruida.
Irán, por su parte, minimizó el daño. Medios estatales aseguraron que las reservas de uranio enriquecido fueron trasladadas a «lugares seguros» antes de los ataques, evitando emisiones radiactivas. Sin embargo, la agencia IRNA reconoció el impacto en Fordo, sin detallar la magnitud. El gobierno iraní no ha emitido una respuesta militar inmediata, pero el ministro de Exteriores, Abbas Araghchi, advirtió que una intervención estadounidense sería «extremadamente peligrosa».
Irán reacciona a los ataques estadounidenses: «se escucharon varias explosiones simultáneas»
La operación se coordinó con Israel, según Axios, que citó a un funcionario israelí confirmando que Washington notificó a Tel Aviv con antelación. Horas antes, Trump y el primer ministro Benjamin Netanyahu sostuvieron una llamada telefónica, reportó la Autoridad de Radiodifusión de Israel. Este movimiento sigue a semanas de presión israelí para que Estados Unidos se uniera a su campaña contra el programa nuclear iraní, iniciado con ataques el 13 de junio.
El contexto es crítico: las negociaciones nucleares entre Washington y Teherán colapsaron tras el ultimátum de Trump para que Irán renunciara a su programa nuclear. El presidente, que regresó hoy a la Casa Blanca para reunirse con su gabinete de seguridad, anunció que dirigirá un discurso a la nación a las 22:00 horas, calificando el momento como «histórico para Estados Unidos, Israel y el mundo».
Analistas advierten que los ataques podrían desencadenar represalias iraníes contra bases estadounidenses o aliados regionales, como los hutíes en Yemen o milicias en Irak. Un funcionario chino, citado por Pravda, señaló que la intervención de Washington podría alentar a «otros países» a respaldar a Irán, tildando el ataque de «injustificado». Mientras tanto, la comunidad internacional observa con inquietud, temiendo una escalada que desestabilice aún más a Medio Oriente.
Por ahora, el Pentágono no ha revelado detalles adicionales, y la Casa Blanca insiste en que todos los aviones regresaron sin incidentes. La región permanece en vilo, a la espera de la respuesta iraní y las próximas decisiones de Washington.
Nicaragua Investiga
