En un movimiento que marca una escalada significativa en la tensa relación entre Estados Unidos e Irán, este lunes Irán lanzó varios misiles contra la base aérea estadounidense de Al Udeid, ubicada en Catar. La acción forma parte de la denominada “Operación Anuncio de Victoria”, una respuesta directa al reciente bombardeo estadounidense sobre instalaciones nucleares iraníes.
El gobierno iraní advirtió con antelación a las autoridades cataríes y estadounidenses sobre sus intenciones, lo cual permitió activar las defensas antiaéreas cataríes. Estas interceptaron los proyectiles, evitando víctimas y daños materiales significativos.
La base de Al Udeid, que alberga al cuartel general del CENTCOM y a más de 8 000 efectivos estadounidenses y británicos, se ha consolidado como una pieza clave en la proyección militar estadounidense en Oriente Próximo.
En reacción, Catar condenó el ataque calificándolo de “violación flagrante de su soberanía” y señaló que se reserva el derecho a responder de forma proporcional. Estados Unidos y Reino Unido, por su parte, elevaron el nivel de alerta y cerraron sus espacios aéreos en Catar, Baréin, Kuwait y otros países vecinos como medida preventiva.
El Pentágono ha confirmado que no hubo bajas ni daños graves, lo cual coincide con la evaluación de las defensas antiaéreas cataríes.
Irán justificó el ataque como una respuesta legítima a la incursión militar estadounidense. El presidente iraní, Masud Pezeshkian, afirmó que defenderían su seguridad nacional y no dejarían sin respuesta cualquier ofensiva.
En Washington, se convocó una reunión de emergencia presidida por el presidente Donald Trump, quien analizó posibles represalias y la escalada militar en curso.
La ofensiva iraní se produce en un contexto de alta tensión regional, donde Irán ha advertido también sobre posibles bloqueos al paso de barcos petroleros por el Estrecho de Ormuz y ha intensificado operaciones militares en el Golfo y zonas próximas.
Irán reacciona a los ataques estadounidenses: «se escucharon varias explosiones simultáneas»
Hasta ahora, el ataque se presenta como un acto de disuasión simbólica, cuidadosamente planeado para causar mínimo daño, pero lo suficientemente significativo para dejar claro que Irán está preparado para responder a nivel militar. El riesgo de escalada sigue siendo elevado, y la comunidad internacional vigila de cerca si tanto Estados Unidos como sus aliados optan por una contraofensiva o la vía diplomática.
Nicaragua Investiga
