El pasado miércoles 3 de junio Costa Rica registró 52 contagios por COVID-19, el mayor número del que se tenga registro desde el inicio de la pandemia en ese país.
Los nuevos casos se encuentran concentrados en la zona norte (con Nicaragua), según información del Ministerio de Salud costarricense, por lo que la Comisión Nacional de Emergencias decidió elevar la alerta amarilla a naranja en varias provincias de esa zona.
“Ampliamos a alerta naranja los distritos de Cariari, Peñas Blancas, Cañas y Bebedero, y Las Juntas” confirmó el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, que indicó que la alerta sanitaria tendrá lugar por dos semanas.
La alerta restringe la circulación vehicular y de navegación de 5 p.m. a 5 a.m, el mismo horario de apertura tendrán los establecimientos comerciales con permiso sanitario. Los fines de semana solo abrirán supermercados, farmacias, pulperías, abastecedores y servicios de salud.
Riesgos ante apertura de frontera
El Ministro de salud Daniel Salas, advirtió la semana pasada que Nicaragua era la principal amenaza sanitaria para el país “debido a que tiene circulación comunitaria del virus”, una fase a la que aún no llega Costa Rica.
La información sobre el aumento de casos ha sido publicada frente al contexto de la reapertura de la frontera nicaragüense-costarricense.
El pasado 30 de mayo, tras varias negociaciones, se permitió el acceso a los más de 1,600 transportistas que se encontraban varados en la frontera ante diversas diferencias entre los países centroamericanos sobre el acceso y medidas ante la propagación del covid-19.
Hasta ahora el mismo ministro Salas ha aclarado que el brote no detendrá ese acuerdo de apertura en la frontera y en su lugar se atenderán “con medidas focalizadas” las zonas afectadas.
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