WASHINGTON, D.C. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró este sábado en la Casa Blanca una «protesta pacífica» en favor de «la ley y el orden», a poco más de una semana de haber dado positivo a COVID-19.
“Llamamos a esto una protesta pacífica», señaló el mandatario al dirigirse desde un balcón a los cientos de personas que se congregaron en la Casa Blanca para escucharlo.
Trump comenzó agradeciendo a los presentes, la gran mayoría ataviados con gorras de MAGA (Make America Great Again) y apiñados en el césped frente al balcón, por sus deseos de recuperación, para, a continuación, repasar los temas principales de su campaña de reelección: la seguridad policial, la amenaza socialista de la oposición demócrata y el papel de China en la pandemia del coronavirus.
A pesar del tono electoralista del evento, Judd Deere, portavoz de la Casa Blanca, recalcó que se trataba de «un acto oficial» en el que no estaba «implicado» el equipo de campaña del presidente -quien se juega la reelección el próximo 3 de noviembre- por lo que no supondría una violación de la Ley Hatch, que prohíbe a funcionarios del gobierno participar en actos políticos.
A diferencia de lo que es habitual, Trump no gesticuló en absoluto, mientras hablaba tras un atril, desde el balcón. Sin embargo, dijo sentirse «genial» y se mostró afable en todo momento, excepto cuando se refería a la oposición.
«Quiero agradecer seriamente cada día por los afroestadounidenses y latinos que dejan atrás a los políticos de extrema izquierda y a sus fallidas ideologías», apuntó Trump.
La ceremonia tuvo lugar apenas nueve días después de que el mandatario anunció haberse contagiado del nuevo coronavirus y a pesar de que se desconoce si Trump ya ha dado negativo tras haber estado sometido a tratamiento desde el 2 de octubre, cuando fue ingresado en el Centro Médico Militar Walter Reed a las pocas horas de anunciar su estado de salud, vía Twitter.
Trump volvió a la Casa Blanca apenas tres días después, el pasado lunes. Desde entonces, ha reiterado que se encuentra «perfectamente» y expresado su deseo de volver a la campaña electoral de cara a los comicios del próximo 3 de noviembre. El presidente afirmó ayer, en una entrevista concedida al canal Fox News, que ya «apenas» está tomando medicamentos.
No obstante, el evento ha suscitado una gran sorpresa, puesto que aún no se habrían cumplido los plazos de aislamiento en caso de contagio dictados por las autoridades sanitarias y porque algunos expertos han señalado que precisamente un acto celebrado en los jardines de la Casa Blanca, la nominación de la jueza Amy Coney Barrett para la Corte Suprema, el pasado 26 de septiembre, podría ser el origen del brote de covid que ha afectado a cerca de una decena de personas próximas al mandatario.
La clasificación del evento como una «protesta pacífica» no es casual, puesto que la Casa Blanca ha venido recurriendo a esta descripción a la hora de referirse a los mítines multitudinarios que venía celebrando el presidente en las últimas semanas a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia.
El Ejecutivo ha querido así contrastar la diferente cobertura mediática que han recibido estos actos de campaña en comparación con las protestas que han sacudido al país desde la muerte del afroestadounidense George Floyd el pasado 25 de mayo, cuando se encontraba bajo custodia policial.
Certificación médica
Horas más tarde, el médico del presidente, el doctor Sean Conley, emitió un comunicado diciendo que el presidente ya no corre el riesgo de transmitir el virus a otros, según los resultados de una prueba de COVID realizada el sábado por la mañana.
Según los estándares de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., dice la declaración de Conley, el presidente podría dejar el aislamiento sin riesgo.
Voz de América
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