Jean George, Le Bernadin, Eleven Madison Park o Marea son algunos de los restaurantes de Nueva York que cuentan con estrellas Michellin y suelen tener un hueco en la agenda de muchos de los mandatarios y dignatarios que asisten a la Asamblea General de la ONU que empieza este martes en la ciudad estadounidense.
Pero para el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, estos exclusivos centros gastronómicos están vetados.
Este lunes, en su primera noche en la Gran Manzana, Bolsonaro tuvo que contentarse con comer pizza en la calle —como cualquier turista en plan económico— por no estar vacunado contra la covid-19.
Y es que todos los restaurantes de Nueva York exigen a sus comensales la prueba de haber recibido la doble vacuna antes de poder servirles.
Y no es que el mandatario brasileño no estuviera advertido. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, exhortó a los líderes mundiales —y al brasileño en particular— que se vacunaran antes de la reunión de la ONU, que se extenderá hasta el 27 de este mes.
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«Si no quieren vacunarse, no se molesten en venir», declaró de Blasio en una rueda de prensa.
Pero el presidente de Brasil es un escéptico de la vacuna contra el virus que ha afectado a más de 21 millones y cobrado casi 600.000 vidas hasta la fecha en su país.
Es más, Bolsonaro se jacta de no estar vacunado, señalando que su sistema inmune es suficientemente fuerte como para resistir el coronavirus.
«Aún no»
Así como al llamado de De Blasio, hizo oídos sordos a los consejos de sus homólogos.
Cuando se reunió el lunes con el primer ministro británico Boris Johnson, este públicamente lo invitó a que se inoculara con AstraZeneca, la vacuna de mayor uso en Reino Unido.
«Aún no», le contestó Bolsonaro ante las cámaras, meneando el índice en señal de reprobación y rechazo.
De todos los líderes del G20 que se encuentran en Nueva York, el mandatario brasileño es el único que declaró no estar vacunado.
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Hubo mucha discusión sobre si los dirigentes y sus delegaciones diplomáticas tendrían que presentar sus certificados de vacunación para ingresar a Nueva York, sin embargo, en aras de la diplomacia, la ONU informó que habría una excepción y aplicaría un «sistema de honor» entre sus miembros, confiando en que se inmunizarían antes de viajar.
No obstante, la ciudad requiere la prueba de vacunación para acceder a espacios públicos cerrados, incluyendo restaurantes.
Por eso Jair Bolsonaro y su séquito, incluidos dos ministros de su gabinete, se vieron forzados a comer pizza parados en la acera cerca del hotel donde se están hospedando.
La delegación publicó en Instagram la cena improvisada y algunos simpatizantes le elogiaron al presidente la «sencillez» demostrada, al mostrarse contento de consumir comida rápida en las calles de Manhattan.
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