Salvador Ramos, el perpetrador de una matanza en Uvalde, Texas, es descrito por quienes lo conocieron como una persona callada, «buena» pero víctima de acoso. Llegaron incluso a llamarle «school shooter» (tirador de escuelas en inglés) por encajar en el perfil poco sociable de estos criminales.
El joven había subido a las redes sociales fotografías de las armas que había comprado de forma legal en una tienda de la localidad y con las que luego entraría a una escuela primaria a asesinar a 19 niños.
También intentó asesinar a su abuela a sangre fría y lo presumió en las redes sociales, aunque Facebook asegura que los comentarios fueron privados. «Voy a dispararle a mi abuela. Ya le disparé a mi abuela» escribió.
14 estudiantes y una maestra muertos en tiroteo en escuela primaria de Uvalde, Texas
La mujer recibió un disparo en el rostro, pero pudo llamar a la Policía. Fue socorrida y permanece en estado crítico en un hospital de San Antonio, Texas. Luego, Ramos, cubierto por un chaleco antibalas, armado con un rifle y una pistola, estrelló su auto en la primaria Robb y empezó la matanza.
Ramos no tenía antecedentes penales o registro de enfermedad mental alguna, aseguró el gobernador republicano de Texas en rueda de prensa, Greg Abbott.
En Uvalde, Ramos vivía junto a sus dos abuelos maternos, Rolando Reyes y Celia Martínez, en una casa a pocos metros de la escuela. La pareja se hizo cargo de él porque su madre, Adriana Martínez, no vivía con él y su padre era una figura ausente.
Los vecinos dijeron a medios de comunicación locales que su madre «andaba en malos pasos», sin especificar. Los retratos que surgen de él en la comunidad de Uvalde son sombríos.
El sospechoso murió en el lugar, según el gobernado de Texas, Gregg Abbot. pic.twitter.com/ABqh7FxUI8
— Nicaragua Investiga (@nicaraguainvest) May 25, 2022
Un empleador de la cadena de comida rápida Wendy’s dijo al New York Times que Ramos no era una persona sociable, que «nadie lo conocía». Una compañera de clases del atacanta dijo a CNN que Ramos «sabía que a la gente no le caía bien. La gente se burlaba de él o quería pelear con él».
Ramos trabajó en Wendy’s por un año y fue su último trabajo antes de ser abatido en el tiroteo que inició. A veces, ayudaba a su abuelo Rolando en la instalación de aires acondicionados y otras labores técnicas. Un colega de su abuelo que habló con El País no se refirió a Ramos y se limitó a lamentar lo que pasó a Rolando.
Ramos tenía interés en las armas de fuego. Lo primero que hizo en su cumpleaños dieciocho fue comprar dos rifles AR entre el 17 y 20 de mayo, junto a las municiones necesarias. Ronald Gutiérrez, senador estatal demócrata y representante de Uvalde, dijo que Ramos no tuvo problema alguno en adquirir las armas.
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