En horas de la mañana de este sábado estaría arribando a Managua el vuelo que trae de regreso de España, al pinolero Saúl Gaitán, de 26 años, a quien el destino le jugó una mala pasada al estar viviendo en las calles de Madrid y comiendo de las sobras que la gente dejaba.
Su caso fue dado a conocer por el periodista Quique Vázquez en su programa “Historias de Migrantes”. El nicaragüense, originario de Managua, relató que a principio de diciembre del año pasado había decidido dejar su taller de reparación de motocicleta en Managua para viajar a Madrid por insistencia de una amiga nicaragüense que reside en aquella ciudad europea, donde supuestamente iba a conseguir trabajo y salir adelante para ayudar a los suyos.
El muchacho fue recibido con abrazos y hospitalidad por su amiga, enseguida desempacó y se acomodó en el apartamento donde ella vive. Todo bien hasta aquí.
Según él, el asunto cambió cuando al pasar los días al joven se le fue complicado conseguir un trabajo a lo inmediato, de modo que su situación fue dando un giro cuando su buena samaritana comenzó a incomodarse con su presencia, hasta que el propio 24 de diciembre, antes de la cena de la noche buena, le exigió que abandonara el apartamento porque no aportaba nada..
Cuenta que no tuvo otro remedio que salir con sus manos dentro de sus bolsillos, cabizbajo, medio abrigado por el implacable frío madrileño, desorientado y sin rumbo fijo. Desde entonces pasó un sinnúmero de tormentos, deambulaba y buscando qué comer, mientras todas las puertas se le cerraban, pero su tortura se le hacía más aguda cuando lo llamaban su hija de cuatro años y su papá desde Managua, a quienes les tenía que inventar alguna excusa para que no supieran de su precaria situación.
Recobrando la esperanza
Fue hasta que su tragedia se dio a conocer y a reproducirse por todos los medios hace unos días, cuando su suerte cambió.
El nicaragüense recibió apoyo, primeramente de una familia hondureña que esa misma noche lo llegó a traer para llevarlo a su casa, y desde entonces ha recibió apoyo moral y económico de la comunidad nicaragüense, latina y de algunos españoles, que le mandaron dinero y le compraron el boleto de regreso, para que pronto pueda fundirse en un abrazo con su pequeña hija y sus familiares que lo esperan con ansias.
Agradecido por la ayuda
Saúl cuenta a Nicaragua Investiga que se siente muy contento con el regreso a casa y agradece a las personas que le ayudaron a sortear su difícil situación en tierra ajena.
“Pero, ¿qué te digo?, haber conocido a (el periodista) Quique, y que pudo llegar a mí, fue lo mejor que me pudo haber pasado aquí. Pero primero doy gracias a Dios y luego a este chaval que Dios me lo puso en el camino y a todos los que ayudaron”, dijo mientras asegura sentirse más aliviado.
Prefiere regresar a Nicaragua
Aunque algunas personas de diferentes ciudades de España le ofrecieron trabajo y un apartamento para rentar, al parecer este nicaragüense quedó traumado por la amarga experiencia, que prefirió venirse a Nicaragua y poder abrazar a su familia y desde aquí salir adelante con su pequeño taller de mecánica.
“Las cosas se me mejoraron y todo está bien, y ahora solo me queda tirarle para adelante en Nicaragua”, agregó.
Asegura que el dinero que logró recaudar lo invertirá en su negocio en Managua, y que sabrán de él cuando salga adelante. Por lo pronto asegura que ya quiere pisar tierra pinolera para sentir el calor de su gente.
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