En medio de la persecución que vive la Iglesia católica en Nicaragua, la vocera del régimen sandinista, Rosario Murillo, anunció que se están preparando para celebrar en “grande a María Santísima en la advocación de la Conchita” durante la Gritería Chiquita, el próximo 14 de agosto.
Murillo, quien se declara devota de la virgen, expresó el miércoles que Nicaragua es de María y que se celebra “en amor a la patria y que celebra con ella la paz”.
El discurso de Murillo es contrario a la realidad que vive el país, según los opositores y recuerdan que este viernes 4 de agosto, el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, cumplirá un año de encierro forzado. El líder religioso está preso en la cárcel La Modelo, cumpliendo una condena de 26 años, tras ser acusado de traición a la patria.
En su persecución contra el catolicismo, la dictadura prohibió este año las procesiones de Semana Santa, impuso serias restricciones a las fiestas patronales en los distintos municipios y mantiene bajo vigilancia los templos.
Obviando estos abusos, Rosario Murillo agregó que “la paz que tenemos, la alegría y el trabajo” son signos de una sociedad que va mejorando en “seguridad y estabilidad” y que además Nicaragua es un país que supuestamente está avanzando contra la “pobreza”.
Cabe mencionar que la celebración de la Gritería Chiquita es una fiesta mariana que se celebra principalmente en León, cuyo obispo es monseñor Sócrates René Sándigo Girón, quien es señalado por su cercanía con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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