Recrudecerá presión internacional contra gobierno de Nicaragua
La Organización de Estados Americanos (OEA) votará mañana jueves una resolución impulsada por ocho países y que busca crear una «comisión especial» en el seno del organismo para dar seguimiento a la crisis en Nicaragua, las más sangrienta desde los años 80 del siglo pasado.
La votación se producirá durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente que comenzará a las 10.00 hora local (14.00 GMT) en la sede del organismo, en Washington.
El Consejo Permanente considerará un proyecto de resolución que, para ser aprobado, necesita el voto de 18 de los 34 estados que son miembros activos de la OEA y que ha sido impulsado por ocho países: Estados Unidos, Canadá, México, Colombia, Chile, Perú, Brasil y Argentina.
El Gobierno del presiente Daniel Ortega ya rechazó el pasado lunes la creación de una «comisión especial» en la OEA para dar seguimiento a la crisis y elevó su «más enérgica protesta» al organismo continental por esta iniciativa de este grupo de países, pues asegura que tratan de «inmiscuirse en los asuntos internos que únicamente competen al Estado de Nicaragua«.
De acuerdo al texto de la resolución, el objetivo es crear una «comisión especial» cuyo mandato «será contribuir a la búsqueda de soluciones pacíficas y sostenibles a la situación que se registra en Nicaragua«.
Tareas de la comisión
Si se aprueba su creación, los miembros de la comisión serán designados como tarde el 10 de agosto por la Presidencia del Consejo Permanente, actualmente ocupada por Costa Rica, y se intentará que la entidad tenga «una representación geográfica equitativa», según el texto de la resolución.
Esa «comisión especial» buscará contribuir al diálogo nacional en Nicaragua mediante «medidas de apoyo, acompañamiento y verificación en coordinación con los esfuerzos en curso de la Organización -en referencia a la OEA- y de otros actores regionales e internacionales».
Representantes de la Secretaría General de la OEA y del Gobierno de Nicaragua están trabajando actualmente en una serie de reformas electorales, que prevén concluir en enero de 2019.
Mientras tanto, la Iglesia católica media en un diálogo que comenzó en mayo y está estancado debido a los desacuerdos entre las autoridades nicaragüenses y la opositora Alianza Cívica, que aglutina al sector privado, sociedad civil, estudiantes y campesinos.
Como parte de ese diálogo, la Conferencia Episcopal propuso al presidente nicaragüense, Daniel Ortega, que adelantara a marzo de 2019 los comicios fijados para 2021; pero el mandatario ha rechazado esa idea y considera que los obispos están «comprometidos con los golpistas».
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