La nicaragüense de 30 años de edad, de apellido Martínez, fue apuñalada por su ex cónyuge en su residencia cerca del cementerio de Veracruz, en Pital de San Carlos, Costa Rica. Según el informe de las autoridades, la víctima de la violencia machista sufrió heridas graves.
El agresor logró consumar el ataque al irrumpir en la vivienda de la mujer a través de una ventana. La relación entre la víctima y el agresor duró seis meses; aparentemente, motivado por celos, hirió a la mujer, quien tras finalizar dicha relación comenzó a convivir con otra persona, que también fue agredida.
Tras el incidente, ambos heridos fueron trasladados de urgencia por la Cruz Roja a la clínica local y posteriormente al Hospital San Carlos para recibir tratamiento médico.
El agresor, un costarricense de 28 años de edad de apellido Padilla, fue capturado por la policía dos horas después del incidente y puesto a disposición de la Fiscalía para enfrentar cargos por este acto violento.
Managua y el Caribe, con más índice de violencia
Según un informe del Observatorio Voces de Católicas por el Derecho a Decidir, se registraron 46 femicidios durante los primeros seis meses de 2024. Hubo cuatro casos en enero y febrero respectivamente, trece en marzo, siete en abril, catorce en mayo y cuatro en junio.
Estas cifras alarmantes de muertes de mujeres generan gran preocupación en el país, que además enfrenta un régimen autoritario y una creciente negligencia en la atención de estos horrendos crímenes. Los lugares más afectados son Managua y el Caribe.
El informe detalla las edades de las víctimas: siete eran menores de 17 años, dieciocho tenían entre 18 y 35 años, diez entre 36 y 39 años, y once tenían 60 años o más. Treinta y siete femicidios ocurrieron en Nicaragua y nueve en el extranjero.
En Managua se reportaron 10 casos, convirtiéndose en el departamento más peligroso para las mujeres, seguido por la región Caribe con nueve casos y Matagalpa con seis.
Según este organismo, en 2023 se registraron 74 femicidios y 68 en 2022. Organizaciones de mujeres cuestionan la aparente defensa y protección gubernamental hacia las mujeres, ya que la mayoría de estos crímenes de odio quedan impunes, destacando así la persistencia de la violencia machista.