El Papa Francisco envió este lunes una carta pastoral a Nicaragua en ocasión de la celebración de la Purísima Concepción de María, en un contexto de creciente persecución religiosa del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En su mensaje, fechado el 2 de diciembre de 2024, el Pontífice manifiesta su apoyo a los fieles nicaragüenses, quienes enfrentan severas restricciones y hostigamientos por la persecución religiosa que mantiene la dictadura en contra de la Iglesia.
Este hostigamiento ha incluido el encarcelamiento de sacerdotes, la confiscación de bienes eclesiásticos y la clausura de organizaciones católicas. A esto se suma el destierro de líderes religiosos, que hasta el momento incluye a cuatro obispos.
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A través de palabras de aliento, Francisco invita a los creyentes a mantener su fe en momentos de incertidumbre y privación. “Precisamente en los momentos más difíciles […] estamos llamados a no dudar de su cuidado y misericordia”, señala, exhortando a confiar en la Providencia divina.
En su carta, Francisco hace un llamado a la unidad y a la oración, subrayando la importancia del Rosario como fuente de consuelo y resistencia espiritual.
El Pontífice también recuerda la devoción del pueblo nicaragüense hacia la Virgen María, particularmente en el marco de la Novena de la Inmaculada Concepción, una de las celebraciones religiosas más significativas del país.
Enfatiza el papel protector de la Virgen, instando a los fieles a mantenerse firmes en su fe: «Caminar juntos apoyados en la tierna devoción a María nos hace seguir con tesón la vía del Evangelio».
La fe y la esperanza hacen milagros
El mensaje del Papa no solo consuela a los católicos nicaragüenses, sino que también denuncia, de forma implícita, las acciones del régimen, recordando al mundo la importancia de la libertad religiosa y la resistencia pacífica frente a la opresión.
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«Tengan la certeza de que la fe y la esperanza realizan milagros…quiero hacerles llegar mi cercanía y la seguridad de que ruego incesantemente a la Virgen Santa que los consuele y acompañe confirmándolos en la fe», indica el Pontífice.
En un cierre profundamente espiritual, Francisco encomienda a Nicaragua a la protección de la Inmaculada Concepción y reafirma su oración constante por el pueblo.
“María de Nicaragua, Nicaragua de María. ¡Que así sea!”, concluye, dejando un mensaje de esperanza en medio de las adversidades que enfrenta el país.