En un nuevo episodio de la creciente ola de violencia machista que azota el país, el cuerpo de la señora Janeth Gómez, de aproximadamente 45 años, fue hallado en estado de descomposición este martes 14 de enero de 2025 en una cuartería del barrio San Luis, en el Distrito IV de Managua.
Las primeras investigaciones señalan que la víctima habría sido asesinada por su pareja sentimental, identificado preliminarmente como Santiago, quien le propinó dos fuertes golpes en la cabeza con un maneral (herramienta de hierro) el pasado domingo 12 de enero, mismo día en el que también fue asesinada otra mujer de 30 años en un barrio de Managua por su pareja de 67 años.
Esta es la devastadora cifra de mujeres nicaragüenses asesinadas en 2024
“Nosotros pensamos que tal vez andaba haciendo algún mandado, y nos retiramos, pero al mediodía de este martes, otros inquilinos de la cuartería llamaron a la Policía Nacional porque sintieron un fuerte hedor… y era que ella estaba muerta”, relató una pariente de la víctima al medio oficialista Tu Nueva Radio Ya.
De acuerdo con los familiares, la víctima laboraba en una fritanguería cercana al puerto Salvador Allende y convivía con Santiago, de oficio mariachi, desde hacía varios meses.
Tanto los vecinos como la propietaria de la cuartería habían presenciado episodios de violencia psicológica y física contra doña Janeth, razón por la cual la pareja fue obligada a desocupar el lugar donde vivían anteriormente.
La Policía Nacional de Managua informó que ya se encuentra investigando las circunstancias del crimen y trabaja para localizar al presunto femicida, quien se dio a la fuga.
Las cifras de la violencia machista en Nicaragua
Este nuevo caso de femicidio se suma a la trágica realidad que marcó el 2024, año en que se registraron 91 asesinatos de mujeres, según datos del Observatorio Voces de la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD).
Este incremento—que supera los 74 casos documentados en 2023 y los 68 de 2022—refleja la persistencia de la violencia machista, la falta de políticas estatales de prevención y la impunidad que reina en un país donde el régimen prioriza leyes represivas contra la disidencia, en lugar de centrarse en la protección de las mujeres.
Mientras tanto, el inicio de 2025 tampoco ha mostrado signos de mejora en materia de violencia de género; al menos siete nicaragüenses han sido asesinadas en lo que va del año, incluyendo la última víctima.
Organizaciones feministas y de derechos humanos insisten en que la prevención de estos crímenes debe ser considerada una prioridad nacional, con recursos y voluntad política para implementar programas de protección y atención a las víctimas de violencia machista, antes de que más familias nicaragüenses se vean nuevamente enlutadas.