En Managua, la reciente apertura del gimnasio «Factory Gym La Virgen» ha generado una fuerte polémica, al estar ubicado en el mismo lugar donde, el 16 de junio de 2018, seis miembros de la familia Velásquez Pavón, incluidos dos niños, murieron calcinados durante un ataque perpetrado por paramilitares del régimen sandinista en el contexto de las protestas sociales de ese año.
La transformación de la vivienda en un centro de entrenamiento ha sido percibida por muchos como un intento de borrar la memoria histórica y minimizar la gravedad de los crímenes cometidos en ese lugar. Vecinos y activistas han expresado su indignación, señalando que la construcción del gimnasio en el sitio de una tragedia tan reciente y dolorosa representa una falta de respeto hacia las víctimas y sus familias .
El antes y el después. La casa del barrio Carlos Marx, escena de una de las horribles matanzas de los paramilitares sandinistas, está siendo remodelada para instalar un gimnasio. Ni con la mensualidad regalada iría ahí. pic.twitter.com/3Jx1uuq9Kn
— LuciérnagaNica (@Sacuanjoche09) April 27, 2025
Este caso se suma a una serie de acciones del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo que han sido interpretadas como esfuerzos por consolidar su poder y reescribir la historia reciente del país. En enero de 2025, el régimen oficializó su ejército paramilitar, responsable de la muerte, de acuerdo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de más de 350 personas en 2018. Este grupo de paramilitares ahora son parte de la llamada «Policía Voluntaria».
Historia de la propiedad
La vivienda estaba abandonada, vacía y sucia. Su dueño original era Óscar Manuel Velásquez Pavón, un comerciante de colchones y almohadas nacido en Managua que, cuando falleció, tenía 45 años.
#ElDato 📊 Un empresario nicaragüense llamado Josué Mendoza compra casa del Carlos Marx, donde falleció una familia calcinada en 2018.
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— Nicaragua Investiga (@nicaraguainvest) April 23, 2025
En enero de 2008, la casa era pequeña de lo que es hoy, pero Velásquez Pavón decidió comprar dos terrenos aledaños al que tenía y ahí construyó una casa de tres pisos, donde terminó de criar a los cinco hijos que procreó con Maritza del Socorro López Muñoz, fallecida a los 46 años.
A Velásquez Pavón, el inmueble le servía de vivienda y también de bodega. Almacenaba la mercancía que comercializaba y que pronto lo convirtió en un próspero negociante con varias cuentas bancarias, vehículos, pólizas de seguro y la casa que ahora heredaron los hijos que le sobreviven, pues uno de ellos, Alfredo Manuel, murió en el mismo siniestro.
En 2018, cuando las imágenes del incendio y la muerte de la familia le dieron la vuelta al mundo, el régimen responsabilizó a manifestantes opositores. No obstante vecinos y los mismos miembros de la familia que sobrevivieron al incendio culparon en un primer momento a encapuchados que actuaron en complicidad con la dictadura del FSLN.
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