Finalmente, después de ocho cancelaciones cuya razón nunca se indicó, el paso a desnivel Julio Buitrago, ubicado en Carretera Norte, fue inaugurado.
Sin embargo, aunque Rosario Murillo en sus tantos anuncios en los que avisaba la inauguración, prometía que al ser «una obra emblemática» el evento contaría con la presencia de Daniel Ortega, pero tanto él como la misma co dictadora fueron los grandes ausentes.
La co dictadora encomendó la apertura de la vía a la Juventud Sandinista que desfiló sobre el puente con banderas rojinegras, hizo presentaciones artísticas y ofreció discursos partidarios.
Hanny Montenegro, coordinadora de la JS en Managua, expresó sentirse orgullosa porque les permitieron «entregar esta obra a las familias nicaragüenses».
«Solo con el sandinismo no más hemos podido cumplir el sueño a las familias nicaragüenses que hoy tienen derechos restituidos», indicó.
La ausencia del dictador
Siendo una obra que la dictadura ha vendido como su gran hazaña de este año, parece extraño que los dictadores no la hallan aprovechado para auto mercadearse.
Pero en los últimos eventos públicos se ha visto a Ortega sumamente desmejorado, caminando con muchas dificultades y balbuceando al hablar.
Además de eso, la obra se encuentra a en un espacio abierto, lo cual representa serios problemas de seguridad para una dictadura que cada día se siente más en peligro por propios yextraños. En un hecho, que los dictadores no se quieren arriesgar y que en espacios poco controlados no están dispuestos a exponerse.
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