El documento conocido como «Libro Blanco» que fue anunciado por Rosario Murillo el pasado 22 de mayo y que la Secretaria Privada para Políticas Nacionales publicó el día 25 del mismo mes, presenta muchas inconsistencias en cuanto a los datos que brinda sobre la capacidad del Ministerio de Salud además del manejo de la pandemia del COVID19.
Según el Libro Blanco, el 09 de febrero «se dio a conocer un Protocolo de Prevención y Respuesta ante el riesgo del virus coronavirus (COVID19) en Nicaragua», sin embargo esto es falso debido a que las autoridades de salud no presentaron este documento de manera oficial a como aseguran, de hecho tampoco aparece en el sitio web del MINSA. El documento se conoció gracias a que fuentes médicas lo filtraron a periodistas de distintos medios de comunicación.
El Libro Blanco también indica que «se establecieron medidas preventivas para reducir la transmisión del virus y se implementó un plan comunicacional permanente dirigido a la población, además se han llevado a cabo acciones de educación y control fronterizo, basados siempre en los Protocolos de la OMS/OPS»
La población ha tomado sus propias medidas para prevenir contagios mientras las autoridades organizan manifestaciones y actividades públicas – Foto: Nicaragua Investiga
Sin embargo, las acciones del gobierno de Ortega desmienten esta afirmación debido a que, contrario a los recomendado por la OMS/OPS, la asesora presidencial en temas de salud y sancionada por Estados Unidos, Sonia Castro, dijo en conferencia de prensa que Nicaragua no restringiría la circulación de los viajeros que llegaran a Nicaragua procedentes de países con brotes de COVID19. El MINSA tampoco informa detalladamente a la población sobre el avance de la pandemia en el país, la cantidad de pruebas realizadas, los lugares donde existen brotes del virus y demás detalles vitales para que la población tome medidas para evitar posibles contagios.
Los datos de casos positivos, sospechosos y número de fallecidos son actualizados semanalmente por las autoridades sanitarias en una breve conferencia de prensa donde los medios de comunicación no tienen acceso y los medios oficiales no cuestionan ni consultan a las autoridades para ahondar en detalles.
Además, tampoco se han tomado medidas de distanciamiento social y las mismas autoridades gubernamentales han promovido actividades y manifestaciones que incurren en aglomeración de personas. El secretario general del MINSA, Carlos Sáenz, ha dicho públicamente que «en Nicaragua no se ha establecido ni se establecerá ningún tipo de cuarentena«, y el mismo Daniel Ortega ha repetido estas palabras en sus discursos recientes.
Libro Blanco presenta datos desmentidos por el mismo MINSA
Por otro lado, en el informe se detalla que se han habilitado 19 hospitales «con una capacidad de 11,732 camas de hospitalización general y 562 camas de cuidados intensivos» para enfrentar el COVID19, pero los datos del MINSA revelan que el sistema de salud en Nicaragua ni siquiera tiene ese número de camas.
El MINSA sostiene en su sitio web que en Nicaragua por cada 10 mil habitantes hay 12 camas hospitalarias, lo que sería un total de apenas 7,778 camas, basándonos en la cantidad de habitantes que el mismo MINSA proyecta que existen en Nicaragua hasta este año, que serían 6, 482,039 millones de personas. En el Libro Blanco no aparece el número total de la cantidad de habitantes en el país, por lo que, quien lo lea no podría hacer la conversión y determinar la imprecisión de ese dato.
Sala de emergencias del Hospital Bautista – Foto: Nicaragua Investiga
Esta cantidad de habitantes según el MINSA, es el dato que proyecta el Instituto Nacional de Información de Desarrollo para el 2020, a pesar de que el INIDE no lo ha divulgado a través de sus medios oficiales y tampoco se refleja en su sitio web.
El informe también asegura que el país cuenta con 449 ventiladores, pero algunos especialistas que conocen el sistema de salud han calculado que el MINSA contaría con menos de 150 ventiladores y muchos de estos permanecen ocupados por pacientes con otras enfermedades diferentes al COVID19.
Otros datos que se reflejan en el Libro Blanco es que el sistema de salud cuenta con 36,649 trabajadores de la salud. El último dato actualizado de la División General de Recursos Humanos del MINSA sobre la fuerza laboral del sistema de salud, es de octubre del 2015, cuando en aquel entonces se contaba con 32, 122 trabajadores entre médicos, enfermeras, técnicos y demás personal.
«Los países tienen que aprender a defenderse del virus y funcionar al mismo tiempo»
De acuerdo al documento, la estrategia de Daniel Ortega para enfrentar el COVID19 es mantener un balance entre la economía y la salud debido a que el «40% de la población nicaragüense vive en el campo y no se puede pedir que dicha gente se quede en su casa guardando cuarentena, porque ellos tienen que salir a buscar la leña para cocinar, a buscar el agua que consumen, ordeñar las vacas o buscar huevos, vender sus productos, preparar los terrenos de siembra de primera en estos meses de abril y mayo y luego sembrar, entre otras actividades».
De igual manera, el gobierno se justifica en que no puede llamar a cuarentena porque «el 80% de los trabajadores urbanos son del sector informal y la vasta mayoría ganan su sustento diario vendiendo algo o brindando servicios, pero si no trabajan y no ganan, no comen».
Según el informe, la administración sandinista prevé que el virus pueda convertirse en una enfermedad endémica o infecciosa que afectará permanentemente, así como el dengue, por lo cual considera que «los países tienen que aprender a defenderse del virus y funcionar al mismo tiempo».
Ortega dijo en un discurso público que no se podía decretar cuarentena en Nicaragua porque de lo contrario «el país se muere», lo cual le ha valido muchas críticas a nivel nacional e internacional. Nicaragua es el único país de la región que no ha decretado cuarentena ni ha impulsado medidas serias para prevenir contagios por el COVID19.
Nicaragua Investiga
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