Desde el inicio de la pandemia por Covid-19 en Nicaragua, no se han aplicado ninguna de las medidas recomendadas por los expertos de salud, lo que mantiene en estado de vulnerabilidad a la población, sobre todo a las comunidades indígenas y afrodescendientes del territorio.
Debido a la alta dificultad de comunicación con el resto del país, los pueblos indígenas y afrodescendientes se encuentran más propensos a sufrir una catastrófica consecuencia por el virus.
El pasado 5 de junio, el Territorio Indígena de Awastingni, ubicado en el municipio de Waspam, Caribe Norte de Nicaragua, se declaró en cuarentena por un mes para proteger a sus ciudadanos ante la pandemia.
Dicha cuarentena suspende el ingreso de terceros ajenos a la comunidad, a excepción de ambulancias o medios de transporte que se presenten con fines sanitarios.
Cuarentena por iniciativa propia
Hasta la fecha, otras comunidades de la Costa Caribe Sur de Nicaragua también se han declarado en autocuarentena, entre ellos están los territorios indígenas de Rama Cay, Tic Tic Kanu, Corn River, Sumu Kat, Gray Town, Monkey Point, Wirin Cay, Bankukuk e Indian River.
A la lista también se suman los municipios y comunidades de Laguna de Perlas, Sandy Bay Sirpi, Tasbapauni, Karawala y Muelle de los Bueyes.
Falta de información en comunidades indígenas
Si bien algunas comunidades ya han tomado la iniciativa de establecer una autocuarentena, aún existe mucha desinformación.
“En la terminal de buses hay mucha gente que viaja hacia las comunidades, hacia las minas, a Managua, no hay nadie del Ministerio de Salud haciendo controles, hay muchos trabajadores ambulantes sin protección, no hay ese apoyo de parte del Estado o del Ministerio de Salud para los comunitarios” comparte Reynaldo Francis, miembro de la Organización Yatama.
Reynaldo asegura que hasta hace tres días “todo estaba normal” y no se les había facilitado información sobre la situación del virus en el país.
Algunas organizaciones no gubernamentales como el Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (Cejudhcan), se han dedicado a utilizar programas radiales en lenguas indígenas para alertar a las comunidades.
Sin embargo, Lottie Cunningham, presidenta del Cejudhcan, confiesa que no es posible llegar a todos los sectores, pues son más de 200 y la comunicación no siempre se logra.
Riesgo ante precariedad del sistema de salud
“Los servicios de salud en las regiones autónomas son muy deficientes, solo hay un hospital con sede en Bilwi pero el hospital regional no tiene condiciones, no tiene suficientes materiales médicos, indispensables para brindar atención en torno a la pandemia del Covid” asegura Cunningham.
La mayoría de las comunidades poseen puestos de salud pero estos no cuentan con los insumos médicos necesarios para hacer frente a la emergencia, por lo que muchos de los pacientes deben ser transferidos al hospital regional, en donde según Cunningham se les clasifica como neumonía o “cuadros respiratorios altos”.
Además, algunos de estos puestos no cuentan con médicos o enfermeras, sino que son atendidos por promotores de salud tradicional y parteras.
Falta de abastecimiento
El Cejudhcan ha monitoreado alrededor de 15 comunidades para conocer las infraestructuras y a través de estos han podido reconocer la falta de abastecimiento.
Otra situación que deben enfrentar las comunidades del Caribe es que desde hace dos semanas la línea aérea La Costeña suspendió operaciones, lo cual les deja como única conexión el medio terrestre.
“Entonces las pruebas ¿cómo se van a hacer?” se pregunta Reynaldo, quien asegura que se trata de una situación de “sálvese quien pueda”.
“Si cualquier persona va con síntomas ¿quién le va a decir que tiene esa enfermedad? Nadie, porque esos exámenes deben ser enviados a Managua a un laboratorio y hay que esperar por lo menos 72 horas para acceder a esos resultados” puntualiza el miembro de Yatama.
¿Cómo se tratan las comunidades indígenas?
Para muchas personas en las comunidades resulta difícil la movilización hasta el hospital central ubicado en Puerto Cabezas.
Reynaldo comparte que aunque existe personal de salud dispuesto a ayudar, no hay equipos, por lo que las personas se tratan con los recursos a su disposición, las plantas medicinales.
“No toda la población tiene la posibilidad de tomar estas medidas, nosotros le hemos dicho a la comunidad que utilicen los medicamentos tradicionales” agrega la directora del Cejudhcan.
La medicina natural ha sido hasta ahora la alternativa más viable en estas zonas donde el acceso a medicamentos es limitado.
Otras preocupaciones
Sumado con la situación del covid-19, Cunningham comenta que a través de entrevistas con parteras, promotores de salud y enfermeras de esas comunidades, han identificado otras preocupaciones.
“Las comunidades indígenas están afectadas por altos niveles de enfermedades respiratorias”.
La malaria y el dengue han afectado desde siempre a estas comunidades y ante la situación de emergencia por el coronavirus estas poblaciones pueden verse doblemente vulneradas.
Foto principal: Cortesía
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