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Las nuevas generaciones podrían inclinarse a paternidades más afectivas

Durante el día del padre, que se celebró en Nicaragua el pasado 23 de junio, no solo fue común ver en redes sociales las felicitaciones.

También fueron muchos los que expresaron un problema común en el país; la ausencia de la figura paterna en los hogares.

El Mapa Mundial de la Familia de 2019 revela que en Nicaragua solamente el 66% de los niños viven con ambos padres, el 24% con un solo progenitor y el 10% con ninguno de ellos.

Marcados por los roles

La socióloga María Teresa Blandón explica que “lo que hay son ideas muy incrustadas en la sociedad nicaragüense de lo que significa ser un padre” y que tanto a hombres y mujeres se les asignan roles específicos.

Oscar Acuña, comunicador y máster en género, considera que la paternidad es más bien considerada como un mandato y un reconocimiento de masculinidad y sexualidad, “pero en ese reconocimiento no se nos dice qué significa ser padre”.

Y destaca que tanto los hombres como las mujeres en Nicaragua perciben la formación de una familia como un mandato, más que una decisión, donde la única diferencia es que la parte masculina se ve desasociada de las acciones de cuido, crianza, las labores de protección y de salvaguarda.

Ser papá, más que una pensión

La abogada Jessica López, especialista en temas de familia, asegura que la mayoría de casos en los juzgados de familia son demandas por pensión de alimentos.

Y aunque destaca que el tema de la falta de pensiones ha disminuido porque el tribunal se encarga de obligar al padre a dar los alimentos, aún ocurren varios casos donde luego de una sentencia continúa el incumplimiento.

Pero las negativas asociadas con la paternidad no radican solamente en el hecho de brindar o no una pensión, pues del lado opuesto, cuando existe un aporte económico del padre suele reflejarse cierto alejamiento emocional porque se considera “que el buen padre da los permisos y da el dinero”.

“La responsabilidad paterna no es solamente el ámbito económico, sino el ámbito de la responsabilidad de educar, ser un referente para el hijo” destaca la abogada López.

Paternidades afectivas

Acuña considera que el brindar “rol de proveedor” a los padres, ocasiona es que estos desatiendan el lado afectivo y de crianza, por lo que es común que en las reuniones de padres de familia la mayoría de las personas presentes sean las madres.

“Ha sido muy difícil ver esta dimensión afectiva de la paternidad, pareciera que el cuidado cotidiano se sigue pensando como una responsabilidad casi exclusiva de las mujeres” asegura la socióloga Blandón.

Aunque las leyes nicaragüenses parecen velar por los derechos de las madres y padres, en la práctica la historia es diferente.

El código de familia estipula el otorgamiento de licencias de maternidad y paternidad, aunque esta última suele aplicarse con menor regularidad, en parte por desconocimiento y otra porque los hombres “cuando saben que van a ser padres en lo que piensan es en trabajar, en proveer, no piensa en nada más” comparte Acuña.

López considera que el artículo facilita que el padre pueda desarrollar un vínculo emocional con su bebé inmediatamente después del nacimiento, pero Acuña alerta que para que en la realidad se apliquen esas leyes, primero debe haber procesos de concientización y cambio.

Transformaciones en los padres jóvenes

El verdadero reto para la transformación de nuevos conceptos de paternidad, radica en cambiar los modelos que perciben a los padres como agentes de autoridad e iniciar a atribuírseles rasgos de ternura, los cuales hasta ahora se consideran casi exclusivos para la madre.

Blandón considera que estos han iniciado a cambiar, sobre todo en los hombres jóvenes, “los jóvenes están conectados con otros discursos, que no son los tradicionales, de que en cuanto más duro el padre, mejor padre es”.

Y pueden observarse mayores conexiones afectivas, también vinculadas con las demandas de las mujeres jóvenes de que los padres ejerzan paternidades responsables y afectivas.

Además, destaca que en Nicaragua el 70% de la población es menor de 40 años, por lo que a pesar de que estos cambios se dan lentamente hay esperanzas para cambiar los modelos de paternidad en nuestra sociedad.

“Antes mientras más hijos tuvieras era mejor visto, ahora no es tan bien visto, ahora hay un tema de responsabilidades, ya se les exige más a los hombres y por eso ya hay muchos jóvenes haciéndose la pregunta de si realmente quiere tener hijos y si van a hacerlo en qué momento y bajo qué circunstancias” destaca Acuña.

Foto principal: Galería Nicaragua Investiga 

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