“Creo que en este momento todos los que nos sumamos a la lucha de los estudiantes corremos riesgo”
Claudia Espinal es docente universitaria desde hace 12 años. Trabaja tanto en universidades públicas, como privadas, aún así no fue capaz de identificar la indignación colectiva que crecía en los pasillos y en sus propias aulas. Para muchos, los estudiantes eran indiferentes a la realidad social que vivía el país, pero ese concepto cambió radicalmente el 18 de abril, cuando en las universidades se inició una explosión social que culminó con las movilizaciones ciudadanas más grandes que Nicaragua experimentó en su historia moderna.
Al morir los primeros estudiantes, decidió que su papel estaba junto a ellos, que estaba viviendo un momento histórico.
Antes hubo muchas críticas a los universitarios. Que eran indiferentes, que no había esperanza de una mejor Nicaragua con ellos, e incluso, se dijo que no había prospectos de nuevos líderes en ellos ¿Qué decís de todo eso ahora que se dio esta explosión social en el seno universitario?
Esto mismo hemos conversado con colegas, porque decíamos: “estos chavalos de ahora están mal”, y cuan equivocados estábamos, nos han dado una lección en este momento de crisis, porque siempre el bendito adultismo cree tener la razón; ellos son los que están enfrente de la lucha, y ahora nos damos cuenta que estábamos errados; y yo soy una maestra humilde y pediré perdón a estos jóvenes cuando regrese al aula de clase, porque es ahora que nos damos cuenta que teníamos líderes que no habían despertado.
¿Alguno de tus alumnos murió?
No. Gracias a Dios no, pero si han sido atacados y he sufrido con ellos cuando me llaman pidiendo auxilio, y una sin poder hacer nada, te da impotencia, rabia, dolor e indignación. Me ha tocado verlos heridos, y eso créeme que duele hasta el alma, he llorado junto a ellos. Cada nicaragüense que ha muerto me ha dolido porque son seres humanos.
¿Con esto de las protestas, las universidades fueron un escenario clave. Qué pasa con los docentes universitarios después de esto?
Aún no se sabe la reanudación de clases, depende si se mejora la crisis social. Los docentes estamos a espera de lo que digan las autoridades.
¿Hay represalias? ¿Hay miedo? ¿Qué pasa?
Creo que en este momento, todos los que nos sumamos a la lucha de los estudiantes corremos riesgo. En una de las universidades que yo imparto clases los estudiantes atrincherados apoyan en un 100% a los docentes y no van a permitir ninguna represalia. Miedo sentimos todos en esta crisis, pero somos profesionales con capacidad de impartir clases en cualquier universidad. El miedo profesional lo he perdido porque conozco mis capacidades y habilidades.
¿Y entonces de cierta forma están en paro, no tienen ingresos?
No estamos yendo a las aulas universitarias, eso es paro para mí y un gran castigo. Nos cancelaron monetariamente el contrato que concluye ahora el 30 de junio. Después de este mes ya no sabemos si tendremos trabajo, soy maestra horaria, trabajo por contrato y está vencido.
Hay muchas críticas sobre la calidad profesional de los jóvenes que egresan de las universidades. Muchos culpan a los maestros. ¿Qué opinás?
En este mundo todos debemos abonar a la educación de los estudiantes, desde pequeños se les debe ir formando, muchos alumnos llegan con deficiencias a las aulas universitarias, como problemas de gramática, cultura general, tecnología, entre otras; pero aquí los culpables somos todos, desde el hogar, el propio estudiante, el sistema educativo y los docentes. Es difícil trabajar con este tipo de estudiantes que trae estas deficiencias, los maestros hacemos un gran esfuerzo en los primeros años, aclarando que no son todos los alumnos que traen este tipo de problemática.
Entonces ¿El sistema falla desde el inicio, porque un estudiante con estas deficiencias no debería promoverse al año superior?
Por supuesto. Es el que se debe preocupar por mejorar el sistema educativo, estar preparando constantemente a sus docentes, brindarles las herramientas necesarias para utilizarlas en el aula de clase, abordar temáticas relacionadas con valores, ética y humanismo. Dotar a los colegios de herramientas pedagógicas.
Claudia cree que después de esto, volverá con unos estudiantes diferentes, transformados por lo vivido y muy segura que seguirán siendo agentes de cambio.
«Los estudiantes que están en esta lucha tienen claro sus ideales y convicción. Son chavalos que a pesar de las circunstancias no cambian su discurso, lo cual habla muy bien de ellos. Han demostrado un amor a la patria único, tienen claro que quieren vivir en un país libre y democrático; donde se respeten las leyes para que exista institucionalidad, estado de derecho, participación ciudadana, libertad de expresión»- concluye.