Pese a haberlos mantenido encerrados por meses y años, bajo tortura, aislados e incomunicados, la número dos de la dictadura sandinista, Rosario Murillo, envió un «saludo» a familiares de las 222 personas que expulsó este jueves del país.
“Yo quiero en estas horas de agradecimiento a Dios, de proclamación de nuestra fe, de nuestras esperanzas, también enviar un saludo a las familias de las personas que estaban detenidas por traición a la patria. ¿Qué culpa tienen los niños?, ¿qué culpa tienen los abuelitos?, ¿qué culpa tienen las madres?”, expresó Murillo tras culminar una comparecencia especial del dictador Daniel Ortega.
“Creo que es necesario que todos pensemos que somos como nicaragüenses, los que seguimos siendo, orgullosamente nicaragüense por gracia de Dios, que somos una familia y que tenemos virtudes, valores y una identidad que nos acerca y nos reúne para proclamar la paz”, expresó, sin mencionar que el régimen sigue privando del derecho de libre expresión a la inmensa mayoría de los nicaragüenses.
Ortega dice que destierro a presos políticos lo ideó Rosario Murillo
Nueva advertencia
Murillo también dijo que espera que “la paz que tienen” se extienda y que la van a resguardar todos los días para que nunca más se atrevan a jugar con ella. “Y siempre dijimos que con la paz no se juega, y sin valores ni paz interior no se puede. Con odio nunca más, por eso decimos no pudieron, ni podrán. Aquí reina Jesús por siempre”, sostuvo.
También parafraseó unas palabras del fallecido y temido ministro del Interior de los años 80, Tomás Borge, de ser “implacables en el combate y generosos en los triunfos de la paz”. Agregó que actualmente están viviendo momentos de paz y que se fortalecen más para ir avanzando, supuestamente, en buen corazón, en buena voluntad y seguir resolviendo los temas pendientes de Nicaragua.
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