¿Cuál será el rol de los jóvenes en la Nicaragua post dictadura?

En Nicaragua la juventud se vio obligada a desplazarse a partir de 2018 hacia otros países, a consecuencia de la represión de la dictadura Ortega-Murillo, primero motivada por la crisis socio-política que se tradujo en amenazas y riesgos para sus vidas, y recientemente debido a una nueva embestida estatal que amplió la crisis económica.

Estas y otras temáticas se abordaron durante el foro “La necesidad de fortalecer la memoria histórica de los jóvenes”, realizado este jueves desde el exilio por Nicaragua Investiga, cuyos penalistas fueron los jóvenes Juan Diego Barberena y María Laura Alvarado.

Alvarado consideró que la juventud siempre ha tenido un rol muy significativo en los cambios sociales, políticos y económicos que se generan, sin embargo, lamentó que los jóvenes sigan huyendo de Nicaragua porque no encuentran oportunidades para superarse laboralmente, mucho menos académicamente.

“A la dictadura Ortega-Murillo lo que menos le interesa es aprovechar el potencial de la juventud, y esto viene creado un deterioro porque a fin, es la juventud la que va a asumir las distintas responsabilidades que las personas mayores no puedan asumir”, cuestionó Alvarado en el foro, moderado por la periodista Jennifer Ortiz, directora de Nicaragua Investiga.

No se debe descartar la experticia política

Para Barberena, aunque muchos jóvenes decidan rehacer sus vidas en el exilio, es muy importante no distanciarse de la realidad social que está viviendo Nicaragua y mantener de alguna manera la presencia orgánica en donde se puedan sentir identificados con sus demandas e intereses. No obstante, sostiene que este sector debe de formarse para contribuiren en el cambio político, pero más para el cambio democrático post dictadura.

En el foro se subrayó la vieja práctica de que la mayoría de las personas que entran al ruedo político o a ejercer una función pública, lo hacen sin ninguna preparación ya sea académica o política, sino que más bien se valen de la improvisación y son consumidos por la inexperiencia en esos campos y que eso trae como consecuencia que no se cuente con una clase política de altura y cuyas consecuencias han sido la corrupción, dictaduras y otros vicios que dinamitan la democracia.

“Lamentablemente en Nicaragua las tomas de decisiones políticas están reservadas para un grupo muy reducido de elites políticas y económicas, y entonces el reto es mucho más grande de llevar las propuestas a esos espacios. Tenemos que luchar por ganarnos esos espacios. Pero también debemos de tener el pragmatismo de que hay actores adultos que son claves para propiciar la inserción de actores jóvenes en procura del cambio político”, expuso Barberena.

Dante Mossi se lava las manos

La importancia de la autocrítica

Insistió en hacer una autocrítica porque asegura que el hecho de ser jóvenes no quiere decir que los vicios propios del pantanoso mundo de la política hayan quedado en el pasado, por lo que esto implica una constante revisión en los diferentes espacios.

En ese mismo sentido, Alvarado hizo hincapié que los jóvenes siempre deben de tener abiertos los espacios y mantener una actitud proactiva, pero también ser receptivos de la crítica y la autocrítica que es sumamente importante, e insistió en que la democratización en Nicaragua debe ser una lucha de relevo.

“Personas con mucha mayor experiencia, según mi criterio, pueden aportar, y de quienes nosotros podemos aprender, porque muchas veces a nosotros nos falta esa experiencia y creo que reconocerlo no es malo. Pero el reconocimiento debe ser mutuo para ambas generaciones”, aseveró la joven.

Acentuó que es importante el intercambio intergeneracional porque todos con su vasta o poca experiencia pueden aportar desde sus diferentes realidades y perspectivas, por lo que consideró que esa cohesión es más que importante para el futuro de Nicaragua.

Ante la pregunta de qué se puede hacer estando en el exilio como joven para poder aportar al proceso de cambio en Nicaragua, ambos panelistas coincidieron en que independientemente de las decisiones que tomen los jóvenes en ámbito personal, profesional, social o de cualquier índole, o si deciden seguir formándose en los procesos políticos, seguirá siendo válido, porque al final la que saldría ganando con una democracia robusta, será Nicaragua.