El grupo paraestatal CPC (Consejo del Poder Ciudadano) en coordinación con la Policía Nacional de Nicaragua fueron los encargados de ejecutar la detención ilegal del opositor Lester Solís Macolla, de 40 años, el pasado 2 de agosto.
Solís Macolla fue miembro de la organización opositora Resistencia Juvenil por la Dignidad Nacional (Rejudin), cuyos miembros eran blanco de persecución y agresiones desde 2011. En ese contexto, Lester Solís salió de Nicaragua rumbo a Estados Unidos, donde no logró recibir mayor protección internacional porque la persecución política en el país centroamericano aún no era tan visible.
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Se instaló en Miami desde el 2012 donde vivió en una situación «sumamente difícil de indigencia», por lo que, en 2016 aceptó la «deportación voluntaria» y regresó a Nicaragua, relató Pablo Cuevas, coordinador de la Defensoría Nicaragüense de Derechos Humanos desde el Exilio.
Lester Antonio Solís Macolla continuó denunciando las injusticias, protestó contra los crímenes durante el levantamiento social de 2018 y en sus redes sociales abordaba la situación política con humor y sarcasmo, «algo común en cualquier país en democracia».
«Fue detenido mediante una trampa»
«Había vigilancia de los CPC vecinos y un conocido sandinista llegó a ¨ubicarlo¨ a su casa y minutos después llegó la patrulla a traerlo», dijo Cuevas a Nicaragua Investiga.
Era alrededor de las 5:30 de la tarde del 2 de agosto, cuando el sandinista que circulaba en moto llegó a la vivienda de Solís, ubicada en el barrio Cuba, en Managua. Preguntó por él y al confirmar que se encontraba en el lugar, procedieron a su arresto arbitrario.
«Eso se llama marcar el punto», explicó el defensor. Los CPC realizan un «espionaje tremendo«, añadió.
Espionaje de los CPC
Comentó, a modo de ejemplo, que en 2018, cuando el régimen masacró a la población para tomar los territorios controlados por los manifestantes, una ciudadana coordinadora de un CPC en Managua llegó a sus oficinas para denunciar que la Policía le estaba presionando para «entregar» a los opositores del sector.
«Llevó un paquete de documentos y me demostró el trabajo que ellos hacían antes de 2018. Me enseñó un mapa donde aparecía la zona demarcada casa a casa, enumeradas e identificadas. Ya habían investigado a los vecinos. Sobre las casitas ponían «S» para sandinistas, «L» para liberales, «0» para neutros», recordó Cuevas.
La mujer aseguró que el jefe de Inteligencia Policial de la zona le estaba exigiendo esa información con una lista de nombres de opositores. La ciudadana prefirió entregar las pruebas y poner la denuncia ante los defensores de derechos humanos e irse al exilio porque «era cristiana y no podía ser ¨Judas¨con sus vecinos».
El régimen se aprovecha de las necesidades de algunos pobladores para pedirles que vigilen, tomen foto y videos a sus vecinos a cambio de paquetes alimenticios o incluyéndolos en algunos programas sociales. Ese es el «modus operandi» que también aplicaron contra Lester Solís, manifestó.
Lester Solís Macolla está en «El Chipote»
Solís Macolla fue sometido a una audiencia preliminar «secreta» el lunes 7 de agosto a la 1:00 de la tarde, sin derecho a abogado privado. La Defensoría señala que el joven podría estar siendo acusado por diversos delitos políticos, entre ellos, Ciberdelitos y menoscabo a la integridad nacional o «traición a la patria».
El opositor se encuentra recluido en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como «El Chipote«, en Managua, donde no le han permitido ver a sus familiares, aseguró Cuevas.
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