Daniel Ortega y Rosario Murillo le recordaron una vez más al Ejército de Nicaragua sus raíces sandinistas, mientras los altos mandos militares se mantienen plegados a la pareja presidencial por “temor” o “conveniencia”, según analistas.
“Desde todos los patriotas guerrilleros del Frente Sandinista de Liberación Nacional, allí como parte de nuestro pueblo liberador, nació este Ejército que nos cubre a todos”, se lee en la parte medular del saludo extendido por Ortega y Murillo a las fuerzas castrences que cumplen 44 años de constitución.
«El Ejército de Nicaragua es la continuidad evolutiva del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (ejército de Sandino) y de las luchas que con armas en la mano ha librado bravamente el pueblo nicaragüense, para avanzar contra la injerencia intervencionista de los imperios», señala.
Para el analista político José Dávila Membreño, el recordatorio de la pareja presidencial tiene que ver mucho con la estrategia que se viene encaminando desde 2007, cuando Daniel Ortega llegó al poder y empezó a someter al Ejército a su obediencia.
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“Por temor, por conveniencia o por coincidencia con los ideales políticos e ideológicos de Daniel Ortega, el Ejército de Nicaragua se ha venido alejando de lo que debería ser un verdadero Ejército profesional al servicio de un país y de todos sus ciudadanos. Desde 2007 Ortega sometió de nuevo al Ejército a ser un ente prácticamente partidista, obediente a él, llevándolo a violar la Constitución de Nicaragua”, señala Dávila Membreño.
El “brazo armado” de la dictadura
El analista da como ejemplo lo que ha venido ocurriendo desde el estallido social de 2018 en Nicaragua, cuando el pueblo salió a protestar y fueron agredidos brutalmente por grupos paramilitares armados. Desde ese entonces el Ejército ha sido incapaz de desmantelarlos y proteger a la ciudadanía, tal como se lo mandata la misma Constitución Política y sus principios como institución.
«El Ejército no sólo no hizo nada, sino que luego hubo armas de uso del Ejército en manos de paramilitares”, manifestó.
El analista considera que es una “aberración llevar al Ejército a ser como una especie de brazo armado de una dictadura” y que precisamente esa es una característica significativa de un régimen opresor.
“La Constitución en el artículo 93 establece que el Ejército debe defender la soberanía del país y la soberanía la ejerce el pueblo y cuando el pueblo hizo protestas pacíficas, a ese pueblo había que defender. Es una degradación lo que se ha hecho al Ejército, es una aberración, ha prostituido el Ejército este régimen”, apuntó Dávila Membreño.
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