La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, inició esta semana una búsqueda «casa a casa» de exestudiantes de la confiscada Universidad Centroamericana (UCA), según denuncias de los jóvenes.
Los exestudiantes manifestaron a través de la red social X, que personas a fines del régimen sandinistas llegan preguntando a sus casas por ellos, asegurando que solo es una consulta sobre si seguirán estudiando en la UCA. Ante estos cuestionamientos, los jóvenes expresaron que se sienten amenazados.
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«No pueden retirarse de la UCA»
El exrector de la UCA de El Salvador, José María Tojeira, a quien la Compañía de Jesús ha designado como su portavoz oficial ante la situación que ocurre en Nicaragua, confirmó a Nicaragua Investiga que le han llegado casos donde personas a fines del régimen le afirman a los exestudiantes de la UCA que no pueden retirarse de la ahora Universidad Casimiro Sotelo.
«Las noticias que he recibido es que están llegando a las casas de algunos diciéndoles que no pueden retirarse se la UCA», declaró el padre Tojeira a Nicaragua Investiga.
El sacerdote también expresó que esas situaciones no le han llegado «directamente de los afectados, sino indirectamente a través de otras personas».
Ortega y su fracaso con la UCA
El dictador Daniel Ortega ordenó la confiscación de las instalaciones de la UCA el pasado 16 de agosto, y pese a no presentar pruebas, acusó a la universidad de «terrorismo».
Casi de inmediato, le cambiaron el nombre a Universidad «Casimiro Sotelo», así como la imposición dentro del campus universitario de la bandera del FSLN.
Desde el comienzo de la nueva universidad, el régimen sandinista demostró su incapacidad para poder administrar eficientemente ese recinto como lo hicieron por más de 60 años la Compañía de Jesús.
El régimen se contradijo varias veces sobre si sería una Alma Mater gratuita a como lo habían prometido, o se pagaría algún arancel.
Inicialmente, las clases empezarían el 25 de agosto, luego pasaron la fecha al 25 de septiembre, hasta que finalmente la dictadura anunció que «no hay una fecha específica» para la reanudación de la clases.
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