El papa Francisco expresó este lunes su preocupación por la detención de al menos 15 clérigos y dos seminaristas desde el 20 de diciembre en Nicaragua, donde la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo mantiene una fuerte tensión con la Iglesia católica.
«Sigo con profunda preocupación lo que está sucediendo en Nicaragua, donde obispos y sacerdotes han sido privados de su libertad», declaró el jesuita argentino tras el tradicional rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro del Vaticano.
«Expreso a ellos, a sus familias y a toda la Iglesia del país mi cercanía en la oración», dijo el pontífice, de 87 años.
«A la oración insistente invito también a todos ustedes aquí presentes y a todo el pueblo de Dios, mientras espero que se busque siempre el camino del diálogo para superar las dificultades. Recemos hoy por Nicaragua», continuó.
Padres Ismael Serrano y Jader Hernández, los dos últimos secuestrados por la dictadura
20 sacerdotes en poder del régimen
Al menos 15 sacerdotes han sido arrestados desde el 20 de diciembre en Nicaragua, incluido un obispo, según religiosos, activistas humanitarios, opositores y medios de prensa nacionales en el exilio.
En total, serían 18 los religiosos católicos apresados desde el 20 de diciembre pasado, aunque este domingo 31 de diciembre se habló de tres sacerdotes más apresados: el padre Gonzalo Rodríguez Pinel, párroco de la iglesia de Monte Tabor, el padre Luis Alberto Herrera, párroco de la iglesia San Antonio de Padua, en Jinotepe, Carazo y el padre Gustavo Sandino, párroco de Pantasma.
A todos ellos hay que sumarle al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, en poder del régimen desde el pasado 3 de agosto de 2022.
Persecución desde 2018
La relación entre la Iglesia y el gobierno se deterioró durante las protestas del 2018, luego de que Ortega acusara a los religiosos de apoyar a los opositores en lo que consideró un intento de golpe de Estado.
Las protestas dejaron más de 325 muertos, según datos de la ONU.
Una investigación de la abogada Martha Molina, experta en temas de la Iglesia nicaragüense y exiliada en Estados Unidos, sostiene que desde 2018 hubo 740 ataques contra la Iglesia y que 176 sacerdotes y religiosas fueron expulsados, desterrados o se les prohibió ingresar al país.