Este martes 16 de enero la número dos de la dictadura sandinista, Rosario Murillo, arremetió nuevamente contra los críticos del régimen, acusándolos de mentirosos y de querer entorpecer los supuestos buenos caminos por los que lleva a Nicaragua.
Murillo no mencionó a los sacerdotes liberados y desterrados a Roma el fin de semana, sin embargo, varias de sus palabras parecían dirigidas a estos.
«No han podido, no podrán, porque aquí en esta Nicaragua que es sagrada porque es de gran espíritu, de grandes fortalezas, en esta Nicaragua el odio se ha desterrado, se ha venido desterrando y la maldad y pervesión está allá lejos, donde deben estar», manifestó.
También subrayó que los esfuerzos que hace el régimen son para «alejar el mal, alejar el odio, alejar la perversión que representan» los críticos.
Una política de destierro
El fin de semana la dictadura desterró a 15 sacerdotes, dos seminaristas y a los obispos Isidoro Mora y Rolando Álvarez, este último encarcelado desde agosto del 2022.
El febrero del 2023 también desterró hacia Estados Unidos a 222 presos políticos, entre estos, varios considerados líderes de las protestas antigubernamentales del 2018. En octubre desterró a 12 sacerdotes, quienes al igual que los de ahorita fueron acogidos por el Vaticano.
A estos grupos, hay que sumar a otras personas que han sido desterradas o bien, que tras salir al extranjero, no se les ha permitodo el retorno a Nicaragua. Igualmente hay miles de personas que han tenido que huir del país para evitar ser encarcelados.
No se atrevió
Aunque en su alocución de este martes Rosario Murillo no mencionó a los sacerdotes expulsados, es necesario destacar que en las últimas semanas había arreciado sus discursos de odio tachando a estos de «demonios», «servidores de Satanás» y de no representar realmente a Dios.
En su alocución, Murillo volvió a negar las acusaciones que se le hacen al régimen y aseguró que son «calumnias», ignorando adrede las pruebas debidamente documentadas tanto por organismos nacionales como internacionales, que aseguran que en Nicaragua el Estado ha cometido cŕimenes de lesa humanidad.
«Cuando vemos a esos cuantos rebuscando entre la basura cualquier cosa que falsearse más todavía, porque todas son falsedades, son mentiras, son oprobio, son calumnias, las que alzan, las que levantan para atacar el esfuerzo inmenso del pueblo nicaragüense», indicó.
Una dictadura diabólica
Si bien Murillo, en sus discursos suele presentarse como ferviente cristiana, pese a combinarlos con insultos y amenazas, muchos líderes católicos han sido claros en lo que consideran la naturaleza del régimen. Por ejemplo, el pasado 31 de diciembre de 2023, monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora, obispo de Tilarán, Costa Rica, tildó a la dictadura de Nicaragua de «diabólica como el anticristo».