Los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo le enviaron una carta al presidente ruso Vladimir Putin para darle las condolencias a su gobierno y al pueblo de Rusia por el tiroteo en una sala de conciertos en las afueras de Moscú y que ha dejado más de 60 muertos y más de un centenar de heridos.
“Le escribimos con el corazón golpeado por la tragedia terrorista que acaba de presentarse en una sala de conciertos de Moscú, donde se congregaban centenares de personas en un evento de arte y cultura”, empiezan diciendo a Putin.
“La criminalidad terrorista se ha ensañado, una vez más, en personas inocentes que han sido víctimas del odio y la confrontación que caracteriza al nazismo y el fascismo que siguen amenazando al mundo”, añaden.
La tragedia ocurrió en Krasnogorsk, un suburbio en el noroeste de la capital rusa, indica un reporte de la agencia AFP.
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La condena de los Ortega Murillo
Ortega y Murillo condenaron, rechazaron y repudiaron el tiroteo.
“Pedimos a usted transmitir al pueblo de Moscú, a las familias que han perdido seres queridos, a los amigos de quienes han visto sacudido los principios de humanidad y fraternidad, y a usted le transmitimos, compañero presidente Vladimir Putin…, nuestro inclaudicable apoyo, respaldo y solidaridad”, le escribieron Ortega y Murillo a Putin.
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El tiroteo
Una periodista de la AFP vio el edificio de la sala de conciertos en llamas y una humareda negra que se desprendía del techo.
Alexéi, un productor de música que se encontraba en los camerinos en el momento del asalto, contó a la AFP que “justo antes del inicio” del ataque, escuchó “ráfagas de ametralladoras y el terrible grito de una mujer. Y luego muchos gritos”.
Según un reportero de la agencia rusa Ria Novosti, personas con uniformes de camuflaje irrumpieron en la sala y abrieron fuego antes de lanzar “una granada o una bomba incendiaria, provocando un incendio”.
“Las personas que estaban en la sala se echaron al suelo para protegerse de los disparos durante 15 o 20 minutos” y muchos lograron “salir a rastras”, relató.