El hijo de los dictadores, Laureano Ortega Murillo, cada vez toma más relevancia en la estructura del régimen, como asesor en inversiones, y en una entrevista al oficialista Canal 8 habló de los beneficios de haber restablecido relaciones diplomáticas con China, en diciembre de 2021.
Ortega Murillo destacó que, en julio próximo, la empresa china CAMCE iniciará la construcción del proyecto del aeropuerto internacional de Punta Huete. Este aeropuerto fue iniciado en los años ochenta del siglo pasado, por el primer régimen sandinista, en el que aterrizarían aviones de guerra soviéticos, pero los mismos nunca llegaron y la pista quedó abandonada desde entonces.
EEUU sanciona a Centro de capacitación ruso y dos empresas ligadas a Ortega
Tres pilares de cooperación
Según el hijo de los dictadores, la cooperación entre China y Nicaragua se ha estructurado en tres pilares, entre ellos uno de viviendas, con una primera fase de 920 casas.
Igualmente, precisó Ortega Murillo, se está trabajando en el proyecto de la planta hidroeléctrica San Benito, de más de 150 megavatios de potencia.
El hijo de los dictadores recordó también el suministro de autobuses chinos que han llegado al país, para ser utilizados en el transporte urbano colectivo y otros, prometiendo que vendrán 500 más.
Otros proyectos que mencionó son plantas solares de gran capacidad, con financiamiento de la República Popular China, y carreteras.
Luis Andino «súperembajador»: Ortega le da una quinta embajada en África
Relaciones diplomáticas
Durante el primer régimen sandinista de los años ochenta, Nicaragua sostuvo relaciones diplomáticas con China, pero, al perder el poder los sandinistas en 1990, el nuevo gobierno de Violeta Barrios de Chamorro rompió con los chinos y reconoció a Taiwán.
Con el regreso al poder de Daniel Ortega, en 2007, tuvieron que pasar 14 años para que el dictador nicaragüense rompiera con Taiwán y reconociera nuevamente a China, lo cual ocurrió el 10 de diciembre de 2021.
Luego, firmaron un tratado de libre comercio que entró en vigencia el primero de enero de este año 2024.
Críticas a la relación China-Nicaragua
Casi inmediatamente que Ortega restableció relaciones con China, el Departamento de Estado de Estados Unidos expresó su rechazo a la decisión de Nicaragua de cortar relaciones diplomáticas con Taiwán y solo reconocer a China.
En un comunicado, reproducido por CNN, afirmaron que “sin el mandato que viene de una elección libre y justa, las acciones de Ortega no pueden reflejar la voluntad del pueblo nicaragüense que continúa luchando por la democracia y la capacidad de ejercer sus derechos humanos y libertades fundamentales”.
Según expertos consultados por la Voz de América, luego de que Ortega firmó un tratado de libre comercio con China, indicaron que, lejos de mejorar la economía, con el acuerdo Ortega buscaba paliar las sanciones que Estados Unidos y el resto de la comunidad internacional han aplicado al mandatario y a su círculo, a quienes señalan de violación a los derechos humanos y de socavar la democracia.
Además, los expertos consultados sostuvieron que Ortega también buscaba “crear una ilusión social en su base ante la realidad económica que se vive” en Nicaragua, que desde 2018 enfrenta una de sus peores crisis políticas durante los últimos 30 años
El sociólogo Oscar René Vargas señaló que el nuevo tratado comercial no generaba expectativas y que más bien el anuncio buscaba calmar a las bases del gobierno que a lo interno han mostrado una inconformidad social.
“Para transformar un país se requiere transformar la estructura productiva de un país. Ortega lo que está haciendo es vendiendo la ilusión a la población de que ese tratado es un puente hacia el progreso”, sostuvo Vargas en ese momento.
Parsifal D’Sola Alvarado, director de la Fundación Andrés Bello, un centro de investigación chino-latinoamericano, ha señalado que uno de los principales intereses de la política exterior china es aislar diplomáticamente a Taiwán, sobre todo en Centroamérica, donde Taipéi aún tiene presencia.
El experto considera que por otro lado, China representa para Ortega “un salvavidas” en medio del aislamiento que vive la dictadura nicaragüense, según dijo a la Voz de América.