Desde el pasado viernes por la noche, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo retiró las patrullas policiales que había colocado en las casas de la progenitora del exmagistrado judicial Rafael Solís y de un hijo de este último.
Solís dijo a Nicaragua Investiga que fue una «intimidación» contra él, luego de que brindó entrevistas a diferentes medios proponiendo que una de las maneras de sacar a los dictadores de Nicaragua es la vía armada, debido a que no se les ve intenciones de negociar la solución a la crisis originada en abril de 2018, ni tampoco que vayan a ofrecer elecciones libres y transparentes.
Otras opciones que mencionó fueron presiones económicas y diplomáticas.
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10 patrullas en cada casa
Alrededor de 10 patrullas policiales se aparcaron, desde el viernes por la mañana, en cada una de las casas de Rafaela Cerda, la madre de Solís, y del hijo mayor del exmagistrado, de nombre Rafael Ernesto Solís Castillo.
Solís pasó en vilo todo el viernes, especialmente por su mamá, una mujer de 93 años de edad, pero las patrullas comenzaron a abandonar las dos viviendas de forma paulatina el viernes por la noche.
Exasesor de Ortega
El exjudicial fue mano derecha de Ortega en asuntos jurídicos desde 1999, cuando comenzó a asesorar a Ortega en este tipo de temas, hasta enero de 2019, cuando renunció al cargo de magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) por estar en contra de la represión de 2018.
A Solís se le acusa de haber ideado una sentencia de la Sala Constitucional de la Corte, emitida en octubre 2009, que le permitió a Ortega inscribirse como candidato presidencial en las elecciones de 2011, a pesar de que la Constitución Política se lo prohibía.
Desde que desertó de la dictadura, Solís ha sido desnacionalizado, su título de abogado anulado y suspendido de la profesión, y, junto a su mamá, confiscado de todas sus propiedades.