Monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, fue galardonado con el Premio Pacem in Terris en la Catedral Sagrado Corazón de la Diócesis de Davenport, Iowa, Estados Unidos, la noche del miércoles 9 de julio de 2025. En su discurso, denunció que la dictadura Ortega-Murillo ha convertido a Nicaragua en una “gran prisión”.
“Este premio no es principalmente un honor personal, sino un reconocimiento a la lucha incansable de muchos nicaragüenses valientes y dignos que han trabajado por la paz, la libertad y la defensa de los derechos humanos en nuestro país”, dijo Báez, quien recibió el galardón en nombre de los que “sufren persecución, exilio y represión”.
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“La Iglesia nicaragüense, incluso entre adversidades y sufrimientos, ha permanecido al lado de quienes más sufren: los pobres, los exiliados y aquellos que han sido víctimas de la injusticia, haciendo visible con su presencia y testimonio que el amor de Dios no abandona a nadie”, añadió.
Báez manifestó que el “régimen, incluso, ha intentado silenciar y desacreditar a la Iglesia, pero el compromiso de la Iglesia con la libertad, la paz y la justicia permanece porque está arraigado en Jesucristo, el Príncipe de la Paz”.
Nicaragua es una gran prisión
El obispo, que es una de las voces más escuchadas y respetada entre los nicaragüenses, manifestó en su discurso que los desafíos que enfrenta actualmente en Nicaragua están lejos de haber terminado.
“El régimen dictatorial, que se ha instaurado en mi país, continúa oprimiendo, aplastando toda disidencia, negando a nuestro pueblo la dignidad más básica y convirtiendo al país entero en una gran prisión”.
También denunció que en “Nicaragua, las voces que claman por justicia y libertad han sido silenciadas, calumniadas, perseguidas y violadas por un régimen dictatorial, que intenta imponer la aceptación de una falsa normalidad, acostumbrando a la comunidad internacional a coexistir con otra dictadura en América Latina”.
Hizo un llamado universal al entendimiento entre los países a través de “un mensaje que hoy resuena, con más urgencia que nunca, en Nicaragua y en muchos países, donde persisten la violencia, la represión, el encarcelamiento y el exilio forzado”. Ante esto, indicó que no los nicaraguenses no dejarán de soñar ni luchar pacíficamente por la justicia y la libertad en Nicaragua.
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