La cacería desmedida que emprendió Rosario Murillo contra los llamados comandantes históricos del sandinismo está rindiendo frutos. Ella quiere despertar terror entre sus filas y lograr que la respeten y les sean leales bajo la premisa de que, si no es así, les espera el peor final. Bayardo Arce, Henry Ruiz y Humberto Ortega, son prueba de ello.
Julio César Avilés, jefe del Ejército, no encontraba de qué forma hacerle ver a Murillo que está dispuesto a servirle y someterse a su voluntad absoluta.
A la codictadora siempre la ignoran en los actos de las fuerzas militares, pero está vez fue diferente. Durante el acto oficial de celebración del 46 aniversario de la Fuerza Aérea, Avilés se empeñó en hacer sentir importante y reconocida a la esposa de Ortega y le dio varias veces las gracias por lo que hacen por ellos.
«Gracias a usted también compañera Rosario, co presidenta de la República, por todo el apoyo y el respaldo sostenido que siempre nos brinda para el desempeño de todas nuestras funciones, muchas gracias compañera», dijo Avilés mientras Murillo asentía con la cabeza y sonreía.
Jura lealtad a «constitución chamuca»
Avilés insistió en que se mantendrán leales e inclaudicables, y aseguró que la nueva constitución política escrita por Rosario Murillo e impuesta ilegítimamente en el país en enero de este año, es prácticamente la biblia de las fuerzas militares. Constitución que crea un estado sandinista y somete a todos los poderes del Estado a la voluntad de la pareja dictadora.
«Y hoy reafirmamos nuestro compromiso de respetar nuestra Constitución, por eso decimos que nada ni nadie nos hará cambiar la firme determinación de avanzar junto a nuestro pueblo y autoridades supremas con la dignidad de nuestro general Sandino (…) todos estaremos siempre leales, firmes y cohesionados por la Constitución que nos rige y que con hoonor y lealtad vamos a cumplir y respetar», dijo el jefe militar.
El dictador Ortega contó que al entrar al evento, Avilés les regaló una réplica en miniatura de un camión militar en una vitrina de cristal. Una muestra más de que el jefe del Ejército busca diversas formas de congraciarse con los dictadores.
Ortega dejó claro el mensaje para sus militares.
«Para que tengamos paz tenemos que tener fortaleza, tenemos que tener espíritu de combate», dijo de forma balbuceante, en lo que se podría interpretar como un recordatorio de que serán implacables con quienes no se sometan a su voluntad.
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