En un evento marcado por la presencia de altos funcionarios del régimen nicaragüense, diplomáticos y otros invitados, se inauguró el martes 21 de octubre de 2025 la nueva sede de la embajada de Turquía en la capital del país. Esta apertura representa un hito en las relaciones bilaterales, que celebran 75 años desde su establecimiento, y busca «impulsar colaboraciones en áreas como el comercio, las inversiones y el turismo» según información de medios de la dictadura.
Entre los participantes destacados estuvo Laureano Ortega Murillo, que el régimen ocupa como «asesor presidencial para inversiones, comercio y cooperación internacional». Laureano extendió saludos en nombre de los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo al mandatario turco Recep Tayyip Erdogan y su administración.
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Ortega Murillo enfatizó el «compromiso» de Nicaragua para facilitar intercambios en diversos campos, destacando el potencial económico compartido. Por su parte, el canciller sandinista, Valdrack Jaentschke, resaltó las recientes consultas políticas y económicas entre ambos países, que abordan temas bilaterales, posiciones internacionales y oportunidades para expandir el intercambio comercial y la cooperación integral.
El embajador turco, Nuri Kaya Bakkalbaşi, describió la inauguración como «un punto de inflexión», coincidiendo con el aniversario diplomático y las primeras consultas políticas formales. Según el diplomático, esta embajada simboliza un nuevo capítulo en las interacciones entre Turquía y Nicaragua.
Alianzas con regímenes autoritarios del mundo
Esta alianza no está exenta de críticas, especialmente considerando el contexto autoritario de ambos gobiernos. Bajo el liderazgo de Erdogan, Turquía ha transitado hacia un sistema autoritario hegemónico, donde las elecciones han perdido relevancia y se han intensificado medidas represivas contra opositores, medios de comunicación y libertades civiles.
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Expertos describen al régimen turco como un autoritarismo competitivo, caracterizado por elecciones manipuladas, violaciones a los derechos humanos y un campo de juego desigual para la oposición.
Organizaciones como Freedom House clasifican a Turquía como «No Libre» desde 2018, señalando un declive democrático que incluye el debilitamiento de instituciones estatales y el uso de la coerción como herramienta principal de gobernanza. Este giro autoritario se ha profundizado desde 2015, con Erdogan consolidando poder a través de reformas que reemplazan el estado de derecho por un enfoque de «gobierno por ley» estratégico, priorizando la represión sobre la legitimidad democrática.
#LoÚltimo 🚨 Daniel Ortega alista a sus aliados.
👉🏼 Con los informes y los hallazgos de la investigación en sus manos, la última palabra ahora la tiene el presidente de Estados Unidos Donald Trump, sin embargo, como parte del proceso, la ley otorga un período para escuchar… pic.twitter.com/WAuGaXdD4o
— Nicaragua Investiga (@nicaraguainvest) October 22, 2025
En paralelo, el régimen sandinista en Nicaragua, calificado por críticos internacionales como una dictadura bajo Daniel Ortega, parece buscar deliberadamente aliados con perfiles similares para contrarrestar su aislamiento global.
Ante sanciones de países democráticos y acusaciones de represión contra disidentes, esta asociación con Turquía –un gobierno que ha evolucionado hacia un autoritarismo pleno– permite al sandinismo reforzar su incidencia internacional, diversificando apoyos en foros multilaterales y evadiendo presiones occidentales.
Nicaragua Investiga



































