Por Hans Lawrence
Antes de enfrentar la crisis sanitaria, el país ya estaba sumergido en una crisis política y la oposición del país hacía cara al reto más grande que ha tenido siempre: unirse alrededor de un solo objetivo y enfrentar a Daniel Ortega electoralmente en los próximos comicios que se celebrarán en poco menos de año y medio.
En medio de la pandemia del COVID19, la oposición tampoco ha podido concretar la tan ansiada unidad y en lugar de ello se nota más fragmentada que el 25 de febrero pasado cuando se anunció de manera oficial la Coalición Nacional.
Lo novedoso de la Coalición Nacional era que partidos políticos como el Partido Restauración Democrática, Partido Liberal Constitucionalista o el Partido Yapti Tasba Masraka Nanih Aslatakanka YÁTAMA, convergerían en un mismo espacio con organizaciones nacidas a raíz del estallido social como la Alianza Cívica o la Unidad Nacional Azul y Blanco.
La presidenta del partido Ciudadanos por la Libertad, Kitty Monterrey, dijo en su momento que CxL participaba en la Coalición Nacional desde sus «aliados» de la Alianza Cívica.
Desde ese momento algunos actores han anunciado su separación de la Coalición Nacional debido a supuestos «arreglos de cúpulas» entre algunas de las organizaciones políticas, mientras que otros participan por separado como el Movimiento Campesino, que a pesar de ser parte del Alianza Cívica, participa de manera independiente en la CN.
La convergencia con los partidos políticos se da en medio de los señalamientos por acuerdos en el pasado, que para algunos son unas de las principales razones por las que Ortega llegó al poder en 2006, como el pacto entre el PLC y el FSLN, mientras que para otros actores, estas situaciones deben quedar atrás para poder consolidar la unidad.
Hasta la fecha, tanto CxL como PLC son señalados de pretender sacar provecho de la conformación de la Coalición Nacional, según lo expresado por diversos actores políticos. Los dirigentes de ambos partidos han negado por aparte tales señalamientos.
Aunque todos alegan que representan los intereses de la población, la oposición aún no logra cumplir con la principal demanda nacional que surgió con el estallido social, que es precisamente la de consolidar la unidad frente a Daniel Ortega.
Las disputas estudiantiles
Hace algunas semanas, el sector estudiantil aglomerado en la Alianza Cívica decidió retirar su solicitud para formar parte de la Coalición Nacional. Según Edwin Carcache, miembro de este bloque, la decisión fue tomada debido a que estarían siendo excluidos por parte de los partidos políticos y la Unidad Nacional Azul y Blanco.
Carcache señala que dirigentes de la UNAB han tenido una posición “muy extraña”, lo que para él responde a que la mayoría de los que se encuentran en ese espacio son “políticos tradicionales”, y agrega que el sector estudiantil aglomerado en la UNAB “juegan como al gallo gallina”.
Ante estos señalamientos, Ariel Sotelo del Consejo Político de la UNAB respondió que quienes se han reunido con PLC y CxL de manera bilateral han sido los estudiantes miembros de la Alianza Cívica y no los que están aglomerados en la UNAB.
El sector estudiantil es uno de los que más deja entre ver sus disputas internas, sobre todo por las publicaciones en redes sociales de algunos de sus miembros.
En enero, la Coordinadora Universitaria por la Justicia y la Democracia anunció su salida de la Alianza Cívica y se integró a la UNAB. Dicho movimiento se dio «bajo el marco de identidad y exclusividad organizacional» según lo explicado por sus miembros, pero para otros fue considerada como una «ruptura».
Para el analista político Francisco Aguirre Sacasa, este tipo de disputas refleja la «mezquindad» y la falta de madurez política por parte de los miembros opositores que no logran consolidar la unidad debido a «los egos que hay, por la falta de representatividad de los que dicen ser líderes y por la mezquindad de ellos”.
En pleno año preelectoral, la oposición nicaragüense aún no logra consolidar una unidad sólida que enfrente a Daniel Ortega electoralmente en los comicios del 2021 y tampoco ha presentado una alternativa o estrategia para hacerle frente al poder político del FSLN .
Foto principal: Nicaragua Investiga.
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