Las caricaturas, los memes y las sátiras son manifestaciones de crítica social y política que a raíz de las protestas antigubernamentales del 2018 se volvieron aún más populares en Nicaragua. Con la aprobación de la Ley Especial de Ciberdelitos el 27 de octubre del 2020, el gobierno de Daniel Ortega cuenta ahora con un nuevo instrumento jurídico para tratar de evitar que esos memes y esas caricaturas vayan dirigidos en su contra.
El Artículo 30 de la ley señala que a quien publique o difunda información falsa y/o tergiversada que produzca alarma, temor y zozobra se le impondrá la pena de dos a cuatro año de prisión o de 300 a 500 días de multa. Este mismo artículo establece de uno a tres años de prisión y de 150 a 350 días de multa a quien publique información «falsa o tergiversada» que perjudique el honor, el prestigio o la reputación de alguien. Además de esto, el Artículo 28 condena con dos a cuatro años de prisión a quien amenace a otro con “hacer imputaciones contra el honor o el prestigio”.
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Infundir temor para acallar la crítica
A criterio del reconocido caricaturista Pedro Molina, premio Maria Moors Cabot 2019, la Ley de Ciberdelitos lo que busca es silenciar la crítica infundiendo temor en la población nicaragüense.
“Con ley o sin ley ellos buscan como amedrentar, como secuestrar, como encarcelar, entonces lo que ellos están pretendiendo con esta ley es precisamente amedrentar a la gente, meterla en miedo para que deje de criticar y que deje de hacer comentarios, que dejen de hacer memes, porque los memes que se hacen contra la dictadura también son una opinión sobre el régimen, son absolutamente legítimos, lo que ellos persiguen es que la gente se inhiba de hacer eso”, explica Molina a NICARAGUA INVESTIGA.
Molina asegura que él no dejará de hacer caricaturas sobre la situación política de Nicaragua ni sobre los funcionarios públicos.
“La Ley es una razón más, es un peligro más, es una trampa más para querer coartar la libertad de expresión pero la verdad es que como nicaragüenses tenemos derecho a criticar lo que está mal en los funcionarios públicos. Yo tengo planeado seguir haciendo mi trabajo como siempre lo he hecho. Las caricaturas son una expresión de humor pero de critica también a funcionarios públicos que son pagados por todos los nicaragüenses y que por lo tanto están expuestos y deben estar expuestos al escrutinio y a la critica publica», indica Molina, quien instó a la gente a apoderarse del derecho ciudadano de libertad de expresión.
“Vamos con todo»
Manuel Guillén, otra de las mejores referencias de la caricatura en Nicaragua calificó de «draconiana» la Ley de Ciberdelitos por penalizar todo aquello que no se ajuste al discurso oficial. «Cualquier noticia o comentario del periodismo independiente o de cualquier ciudadano puede ser usada para penalizarnos de manera injusta», repudia.
Pese a esa amenaza es enfático en que continuará ejerciendo su labor de denuncia a través de las caricaturas. «En cuanto a los caricaturistas, que no hacemos más que ridiculizar las atrocidades de esta dictadura bicéfala, con una maniática jugando a tener su «Ministerio de la Verdad», no sería remoto que estemos entre sus objetivos. ¿Que si veremos algún cambio en mi trabajo? sin duda. Parafraseando a la señora de los calaches: “vamos con todo», subraya.
Guillén admite que hay cierta apatía y temor en algunas personas, pero confía en que la gente «seguirá luchando, burlando y burlándose de este otro cerco contra la libertad, armada sólo con sus redes sociales».
No podrán silenciar a la gente
Por su parte la activista transgénero Karelia de la Vega, popularmente conocida en redes sociales como Lady La Vulgaraza, se muestra igualmente reacia a limitarse en sus críticas y denuncias contra el gobierno.
“Nosotros no podemos aceptar ese tipo de cosas. Hay que buscar una alternativa o hay que buscar un punto para seguir denunciando al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo”, afirma. “Voy a seguir denunciando al régimen de Daniel Ortega sean las consecuencias que puedan traer. El cobarde se alimenta del miedo de los más vulnerables y nosotros no podemos dejar que estas personas (el gobierno) nos vengan a callar”, sostiene.+
Karelia también es de la opinión de que los nicaragüenses no serán silenciados y que van a continuar mofándose y criticando al gobierno.
La Ley de Ciberdelitos fue autoconsultada con periodistas oficialistas, previo a su aprobación, quienes se mostraron molestos por las burlas en contra «del comandante Daniel Ortega y la compañera Rosario Murillo», según dijo a este medio digital, el parlamentario Maximino Rodríguez.
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