El periodista Carlos Fernando Chamorro, exiliado en Costa Rica luego que la Fiscalía General de la República orientara una investigación en su contra por el supuesto delito de lavado de dinero y que la policía allanara su casa de habitación en Managua, consideró como «una farsa electoral», el proceso de votaciones convocado para este próximo 7 de noviembre.
“Los resultados ya están predeterminados por el Consejo Supremo Electoral y por el Carmen de manera que no hay ninguna expectativa sobre qué es lo que va a ocurrir, ya sabemos que Daniel Ortega y Rosario Murillo están reelectos, aunque no se va a llevar a cabo ninguna competencia”, indicó el también Director del medio Confidencial, confiscado por el gobierno en diciembre de 2018.
Chamorro se sumó al llamado que hizo la iglesia católica en torno a que ir a votar dependerá de «la consciencia» de cada nicaragüense, pero dejó claro que, a su juicio, «es inútil protestar en las urnas o en los centros de votación porque un voto nulo o un voto blanco nunca lo van a contar», por lo que piensa que «si los ciudadanos quieren enviarle un mensaje a la dictadura, un mensaje de rechazo, la única forma de hacerlo es rechazando la farsa electoral, quedándose en casa y no participando”.
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Comunidad internacional finalmente lo llamará «dictadura»
Para el periodista, que tiene a dos hermanos y dos primos bajo arresto, señaló que después del 7 de noviembre Daniel Ortega habrá dinamitado por completo la salida electoral y que lo que «la mayoría de los gobiernos harán será declarar que no reconocen la legitimidad de los resultados de las elecciones».
Según Chamorro, «eso implica un cambio sustantivo en la manera en cómo califican al gobierno de Ortega, algunos países todavía antes de esta elección o esta votación del 7 de noviembre no le brindaban el calificativo de dictadura o de un gobierno no democrático y eso es lo que va a ocurrir, a partir de ahora el régimen de Ortega va a ser reconocido tal y como es, como le llamamos los nicaragüenses, como una dictadura».
El periodista exiliado explica que ese reconocimiento internacional del gobierno de Ortega como una dictadura, «va a tener consecuencias políticas, eso puede tener consecuencias de tipo económico para el régimen», aún así no cree que esto represente la ruptura de relaciones diplomáticas o la salida de embajadores de Nicaragua, y cree que la comunidad internacional buscará formas de ejercer presión para abrir espacios de participación democrática.
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Costa Rica prepara posicionamiento
La diputada costarricense Carolina Hidalgo indicó que al aproximarse las votaciones en Nicaragua trabajan en generar consenso sobre las diferentes fuerzas representadas en el parlamento de su país para acordar un posicionamiento tras el proceso.
«Yo quisiera que esta semana y la que sigue podamos conjuntar más fracciones, tanto para pedir la libertad de las personas presas políticas como también hacer una solicitud para que esta dictadura nicaragüense finalice por fin».
El parlamento de Costa Rica dio espacio a la exhibición del Museo de la memoria, impulsado por la Asociación Madres de Abril y que recoge fotografías y relatos de las al menos 328 víctimas mortales de la represión estatal iniciada desde abril de 2018.
Para la diputada Hidalgo, este es un «mensaje» al gobierno de Ortega en torno a que Costa Rica está a favor de la democracia y la justicia en Nicaragua.
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