En enero pasado Rusia amenazó primero con un posible despliegue militar en Cuba y Venezuela y luego anunció que reforzará la cooperación técnico-militar con estos países y también con Nicaragua. Todo esto ocurre en medio de las crecientes tensiones por las sospechas de que el ejército ruso podría invadir pronto Ucrania.
La escalada de la situación en Europa con una posible guerra pondría en una posición incómoda a los débiles aliados de Rusia en la región, especialmente a Nicaragua, cuyas relaciones con la nación euroasiática son más que nada político-ideológicas.
¿Pero qué podría pasar exactamente en Nicaragua en el caso de que Vladimir Putin optara por el enfrentamiento militar con Ucrania?
La abogada Alexa Zamora, miembro de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), recordó que a inicios del 2021 Ucrania sancionó a cuatro funcionarios de Nicaragua tras la apertura de un consulado Crimea, la península anexionada por Rusia en el 2014.
Zamora refiere que no es solo el asunto de las relaciones diplomáticas de Nicaragua con Rusia sino también porque «ya hay acciones que ya ha llevado a cabo Nicaragua en términos de violar lo que Ucrania considera su soberanía».
Es decir, el apoyo de Ortega a Rusia en el asunto ucraniano ya tuvo repercusiones diplomáticas. Ahora habría que ver sus movimientos si Rusia ataca esa región de Europa.
“Nicaragua es insignificante en la geopolítica mundial. Para Rusia el apoyo verbal de Ortega es insignificante. A Rusia le importa más Irán, China. En el caso de que se desatara una guerra, Ortega va a ratificar su amistad a Rusia, aunque probablemente, y es lo que debería hacer, ni siquiera se pronuncie. Eso fue lo que hizo con la caída de Gadafi (2011), pasó algún tiempo para que se pronunciara. Podría pasar algo similar”, explica un analista político.
“No creo que vaya a tener mayor repercusión para Ortega. Donde podría cambiar el panorama es en caso de que Vladimir Putin desplegara militares en Nicaragua, Venezuela o Cuba. En este caso, Estados Unidos lo vería como una amenaza a su seguridad, pero eso no va a pasar. También sería descabellado que Ortega realmente quiera meter a Nicaragua en un conflicto internacional”, agrega.
Recientemente el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, ganador del Premio Cervantes 2017, minimizó la relación de Ortega con Rusia. “La cooperación de Rusia con Nicaragua consiste en unos buses rusos que llegan periódicamente, que aguantan muy poco y tienen que estarlos reponiendo. La producción de vacunas es otra fantasía. Instalaron esta planta rusa en Nicaragua que nunca ha funcionado”, declaró en entrevista con El Debate.
No obstante, el analista político Oscar René Vargas ha considerado que la estrategia del régimen “estaría encaminada a buscar el paragua geopolítico de Rusia y romper el cerco diplomático internacional cada vez más reducido”.
“Ortega está jalando a Nicaragua a un peligroso juego geopolítico, cuya finalidad es convertirla como cabeza de puente contra EE.UU, lo cual, nunca aceptará el establishment norteamericano. Su objetivo apunta a que el control de EE.UU no sea tan inexpugnable y sea derrumbado, repitiendo la estrategia de los años ochenta del siglo XX”, explicó en un artículo.
En este sentido, refiere que todo indica que el régimen tiene la idea de que el nuevo orden mundial le puede permitir evitar su aislamiento total.
Nicaragua, el más débil de los amigos de Putin en América Latina
El juego internacional de Ortega puede resultar peligroso para el país y ante una eventual escalada poco o nada podría hacer, ni en apoyo a Rusia y menos en su propia defensa.
Es que realmente Nicaragua no es ni siquiera una potencia regional y esta muy lejos de ser lo que fue en los años ochenta, cuando Ortega estuvo por primera vez en la Presidencia. Actualmente el Ejército de Nicaragua ocupa el lugar 122 de 140 en el Ranking Global Firepower 2022. Peor ubicado incluso que los ejércitos de Hondura y Guatemala.
En dicho ranking los amigos ideológicos de Ortega en la región están mejor ubicados. Cuba, por ejemplo, está en el lugar 70; mientras que Venezuela, está en el lugar 45.
Con Venezuela la relación ha sido más importante. El régimen chavista le ha comprado miles de millones de dólares en armamento. Nicaragua, por su parte, no es ni por cerca un socio en esa materia. Lo más representativo que Ortega ha adquirido de Rusia fueron unos tanques “modernizados” en el año 2016. Se habló que era una transacción de 80 millones de dólares, pero poco después el jefe del Ejército, general Julio César Avilés, aclaró que a Nicaragua no le habían costado nada.
Fanfarronada rusa
En todo caso, cuando en enero pasado Rusia alardeo de la posibilidad de un despliegue militar en Cuba y Venezuela, Estados Unidos calificó de «fanfarronada» la amenaza.
«Si Rusia avanzara en esa dirección, nos ocuparíamos del tema de forma decisiva», advirtió el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
En todo caso, «Rusia carece de la capacidad de proyectar y sostener fuerzas militarmente significativas en el hemisferio. Tampoco tiene los fondos», manifestó por su parte Evan Ellis, profesor de estudios latinoamericanos del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército estadounidense.
Tomando en cuenta todo esto y la poca importancia política, militar y económica de Nicaragua ¿seguirá Daniel Ortega insistiendo en meterse a un ajedrez geopolítico en el que es la figura más débil?
You must be logged in to post a comment Login