La cercanía Daniel Ortega con su homólogo ruso Vladimir Putin en plena crisis con Ucrania, ha hecho a muchos nicaragüenses revivir los funestos recuerdos de los años ochenta, cuando la dictadura sandinista involucró a Nicaragua en la Guerra Fría, cuyo resultado fueron miles de muertos y la completa ruina del país.
El FSLN a lo largo de décadas ha llamado a ese conflicto militar como una “guerra de agresión” financiada por Estados Unidos, sin embargo, poco énfasis hace en que los sandinistas lograron construir el Ejército más numeroso y mejor equipado de Centroamérica gracias al apoyo del bloque soviético.
Fue un Ejército tan poderoso que al final de la década contaba con unos 80 mil miembros, una fuerza descomunalmente mayor a los entre 23 mil y 25 mil que llegó a tener como máximo el Ejército de la Contra.
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Nicaragua en el ajedrez soviético
Luis Fley, un excomandante de La Contra, destaca que indudablemente las armas fueron un aspecto fundamental del apoyo soviético a los sandinistas.
“Rusia sostuvo a Nicaragua en los años ochenta militarmente y económicamente. Los nicaragüenses cocinaban con manteca venida de la Unión Soviética, comían carne y se lavaban los dientes con pasta dental rusa”, citó como ejemplo.
Efectivamente los rusos, su satélite Cuba y otros regímenes comunista bañaron a Nicaragua de una cantidad de equipos bélicos como fusiles Ak-47, vehículos de transporte, helicópteros artillados MI-17 y MI-24, blindados BMP-1 y BTR70 y tanques -T72, solo por mencionar algunos.
A ello hay que sumar los miles de asesores militares que enviaban los «amigos» de los sandinistas.
“La Unión Soviética de entonces, utilizó a Nicaragua como una pieza más del ajedrez político en la Guerra Fría. Los rusos (soviéticos) armando al FSLN y los gringos a la contra mientras los muertos los poníamos los nicaragüenses. En realidad el apoyo al FSLN en los 80 fue de carácter militar, así como en petróleo e implementos para la agricultura, habiendo incrementado la deuda externa con Rusia por miles de millones de dólares que al final fueron condonados por Boris Yeltsin al gobierno de la presidenta Violeta de Chamorro a finales de 1995”, señala bajo anonimato un ex funcionario del gobierno de Enrique Bolaños.
Este recuerda que a mediados de 1989 los soviéticos prácticamente traicionaron a Ortega, igual que lo hicieron con Fidel Castro cuando “se arreglaron con Kennedy para el retiro de los misiles en 1961”.
La deuda con Rusia
Efectivamente, toda esa «ayuda» que recibían los sandinistas no era gratis. Los comandantes «heredaron” al gobierno Barrios en 1990 una deuda de US$10,715 millones dólares, buena parte de ella con los rusos. Tan enorme era que en el 2003 Rusia le condonó a Nicaragua 181 millones de dólares e incluso en el 2007, ya con Ortega de regreso en el poder, le condonó otros cinco millones de dólares.
A mediados de la década de los 90, el saldo adeudado por Nicaragua a Rusia “se aproximaba a US$3,600 millones, que representaba el 35% del total de la deuda pública externa del país, sin incluir ninguna obligación en concepto de productos militares”, señalaba en el 2018 el economista Néstor Avendaño, en una entrevista con La Trinchera.
“La deuda con la ex URSS se concentró principalmente en materias primas, maquinaria y equipo, repuestos, alimentos y asistencia técnica. Anualmente, la ex URSS concedió préstamos a Nicaragua para facilitarle la disponibilidad de entre 250 y 300 toneladas de petróleo, tractores, camiones de carga, camiones para la actividad de la construcción, carros marca LADA, 300,000 toneladas métricas de trigo y 10,000 toneladas métricas de arroz, este último comprado en Italia. Cabe aclarar que la cooperación militar contratada con la ex URSS se manejó exclusivamente entre los ejércitos de ambos países y fue condonada por Rusia”, explicaba.
Putin y sus deseos imperialistas
El pasado 21 de febrero por la noche, en un acto público, Daniel Ortega se alineó con Vladimir Putin, quien poco antes había reconocido la independencia de las territorios ucranianos de Donetsk y Lugansk y aprobó el envío de tropas.
«El presidente Putin ha dado un paso hoy, donde lo que ha hecho es reconocer a unas repúblicas que desde el golpe de 2014, estas repúblicas que son fronterizas con Rusia, no reconocieron a los gobiernos golpistas y ellos crearon su gobierno, establecieron su gobierno ahí y ellos, han dado la batalla», dijo Ortega.
«Lógicamente esto trae el respaldo militar para que estos gobiernos tengan seguridad», justificó.
Algunos analistas internacionales afirman que Putin tiene aspiraciones imperialistas. Por ejemplo Madeleine Albright, Secretaria de Estado de Estados Unidos de 1997 a 2001, manifestó en un artículo en The New York Times que a principios del 2000 fue la primera alta funcionaria estadounidense en reunirse con Putin y que este en esa ocasión dijo “entender por qué el Muro de Berlín tuvo que caer, pero no esperaba que toda la Unión Soviética se derrumbara”
“Putin está avergonzado por lo que le pasó a su país y está decidido a restaurar su grandeza”, reflexionó Albright.
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Ortega, un “irresponsable”
Para el excomandante Contra, Luis Fley, actualmente en el exilio, desde el 2007 Ortega ha venido reforzando las relaciones con los rusos, pero que en un inicio eran unas relaciones hasta cierto punto “solapadas”, a diferencia de ahora en que “las cosas” se han ido “calentando” y el gobierno de Putin asegura que Nicaragua es “estratégico” para sus intereses.
“Ya quedaron las cosas despejadas, ya Nicaragua podemos decir es un satélite de Rusia al igual que Venezuela, igual que Cuba, ya no quedan dudas. Ya entramos prácticamente a la etapa de la Guerra Fría que se vivió en los años ochenta”, lamenta.
Para Fley es evidente que Nicaragua está comprometida con Rusia y que eso es grave, debido a que ahuyenta las inversiones y ya la “gente ve conflictos futuros”.
Daniel Ortega “es un irresponsable que nos están involucrando al pueblo nicaragüense en un conflicto que está a miles de kilómetros de distancia”, asegura.
Tanques, escuela antidrogas y sistema de monitoreo satelital
Si bien la cooperación de Rusia está lejos de lo que fue en los ochenta, indudablemente hay un interés de Putin en Nicaragua. En el 2016 le donó al Ejército 50 tanques de guerra T-72B1 modernizados, y al año siguiente inauguró un Centro de Entrenamiento Antidrogas y un potente Sistema de Monitoreo Satelital llmado GLONASS. A ello hay agregar algunos aviones y helicópteros de uso miliar, como también buses y carros de uso civil. Aunque en las relaciones comerciales poco se ha avanzado y en el 2020 las exportaciones de Nicaragua a Rusia fueron apenas sumaron los 12 millones de dólares.
Ortega no puede confiarse de los rusos
Sin embargo, el ex funcionario del gobierno de Bolaños insiste en que en este conflicto geopolítico los rusos no tendrían problema de negociar “a Ortega” con los estadounidenses.
En este sentido, sostiene que es un “torpeza de Ortega” y que terminará tropezando “con la misma piedra» de cuando perdió el poder en 1990.
“Si Ortega piensa que rusos y chinos son la solución, lo que en realidad son es un paliativo que alargará su agonía pero que no evitará su muerte política en Nicaragua. Es cuestión de tiempo y él lo sabe”, sentenció.
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