El régimen de Daniel Ortega celebró que Nicaragua sea uno de los países con mayor número de mujeres ocupando escaños parlamentarios.
En su alocución de este miércoles, la vocera gubernamental Rosario Murillo, dijo que el embajador Arturo McFields, representante permanente ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), le dio la noticia de esta clasificación mundial.
Bukele y Ortega se abstienen de condenar invasión de Rusia
“Tenemos primero Ruanda, luego Cuba, luego Nicaragua, luego México, luego Emiratos Árabes, Nueva Zelanda, Islandia, Granada y África del sur”, destacó Murillo.
Indicó que su régimen trabaja “para que se reconozca el derecho de todos al bien de todos y en particular el protagonismo de las mujeres”, que supuestamente, “están “en equidad en todas las posiciones de liderazgo de participación de poder real en el trabajo a seguridad y la paz”.
Es por ley
En Nicaragua el artículo 82 de Ley Electoral establece que los “los partidos políticos o alianzas de partidos que participan en las Elecciones Regionales, Municipales, de Diputados y Diputadas de la Asamblea Nacional y el Parlamento Centroamericano, deberán presentar en sus listas de candidatos y candidatas un cincuenta por ciento (50%) de hombres y un cincuenta por ciento (50%) de mujeres ordenados de forma equitativa y presentada de manera alterna”.
Nicaragua entre los precios de telefonía móvil más altos del mundo
Asteriscos a los números
No obstante, pese a las celebraciones del régimen, hay que decir que el protagonismo en el Poder Legislativo no está precisamente en las mujeres. Por ejemplo, el presidente de la Asamblea Nacional es Gustavo Porras, un operador político leal al dictador Daniel Ortega. Igualmente la bancada del FSLN, que controla la Asamblea está encabezada por otro de los leales el régimen, el diputado Edwin Castro.
También es evidente el protagonismo de otros diputados como Wálmaro Gutiérrez, Filiberto Rodríguez, Carlos Emilio López o José Figueroa.
Por otro lado, existe el problema de la violencia hacia las mujeres y serias denuncias de persecución a los grupos feministas. Ejemplo de ello es el encarcelamiento y condena a feministas como Tamara Dávila, por delitos de conspiración, o bien la expulsión en el 2018 de Ana Quiros, una reconocida defensora de derechos humanos a quien además se lle retiró la nacionalidad nicaragüense.
You must be logged in to post a comment Login