Alba: De inversión a deuda, la herencia perversa

A través de la llamada cooperación venezolana el Estado ha resultado ser deudor de empresas como Caruna, Bancorp, Bandes, entre otras. Adicional a la que se le podría deber a PDVSA de Venezuela una vez que se conozca la magnitud de este acuerdo.

Durante 11 años la economía nicaragüense fue testigo de una lluvia de dólares provenientes de Venezuela, en medio de fuertes críticas de diferentes sectores de oposición, y que se multiplicaron por la relación íntima entre la empresa privada y el gobierno de Daniel Ortega. Esto supuso que en la economía se movieran durante todo ese tiempo casi 5 mil millones de dólares en lo que sería considerada como una economía paralela, como afirma el economista Luis Murillo.

Pero no todo iba a salir bien, ya que la amenaza del gobierno estadounidense de aplicar sanciones contra funcionarios de gobierno nicaragüense y todo aquel que hiciera negocios con ellos empezó a provocar fisuras en esa relación, aún cuando los empresarios hicieron una fuerte apuesta por evitar la aprobación de la Ley Nica Act.

Sin mayores resultados, el Fondo Monetario Internacional exigió al gobierno que informara de forma transparente de los fondos provenientes del ALBA. Nunca hubo transparencia “El que maneja las estadísticas no lo registra y además se está moviendo una gran cantidad de dinero que no está siendo registrado, y el sector privado es quien ha movido esa plata”, afirman economistas consultados.

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En este contexto empresarios consultados que nos pidieron omitir sus nombres, indicaron que efectivamente muchos empresarios, fuera de los focos de atención, se reunieron con congresistas a quienes instaron a no aplicar ningún tipo de sanción, al punto de retrasarlas.

“En esa ocasión durante una visita a Washington, un congresista me dijo que cómo era posible que estuviéramos pidiendo sanciones contra el gobierno de Ortega, cuando un grupo de empresarios había llegado a decirles que el país funcionaba muy bien y que no había problemas”, dijo al referirse al contrapeso ejercido por un sector de empresarios y políticos aliados del gobierno.

Y no es para menos, el ALBA permitió hacer los mejores negocios con una triangulación de dinero proveniente del ALBA, cuyo eje es Venezuela, el gobierno y los empresarios privados.

Recientemente Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), criticó abiertamente a Daniel Ortega por la forma en la que maneja el negocio de la generación de energía, la cual realmente es dominada por un fuerte monopolio privado, sin ningún tipo de control, señalando que “se receta con cuchara grande contratos de distribución del mercado”, en lo que podría ser un serio reclamo de la empresa privada a la forma en la que Ortega, a través del ALBA está manejando los hilos de los negocios en el país.

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Para algunos, es la voz de una parte del sector privado que señala a al presidente y su grupo, de competencia desleal, algo que no se hizo en los últimos diez años, y en lo que podría ser una profundización en la ruptura de los empresarios con el emporio Ortega- Murillo.

Dinero público y dinero ALBA

De esa forma, dinero proveniente de esta alianza no solo fue a parar a manos privadas, sino que también se distribuyó a través de diferentes mecanismos en el Estado mismo, promoviendo una serie de programa asistencialistas, destinados a comprar fidelidades, “a mantener los programas sociales del gobierno” aseguró Juan Sebastián Chamorro a un diario local.

Todo esto a través de diferentes programas manejados por las alcaldías de todo el país. Sin embargo este dinero no fue distribuido a través del presupuesto sino que se utilizó primero a Caja Rural Nacional (Caruna), el Bando de Desarrollo (Bandes) y finalmente el Banco Corporativo (Bancorp), que al final fue adquirido por el Estado, mediante una turbia transacción que ha dejado otros 20 millones de dólares en deuda.

Mediante esas instituciones se distribuyeron los recursos provenientes de Venezuela, generando más deuda para el país. En 2016, el Estado nicaragüense asumió oficialmente la deuda que tenía con Alba Caruna, la cual ascendía a 273 millones de dólares. Sin embargo, pese a haber manejado enormes cantidades de dinero, este empresa quedó en bancarrota, debiendo a sus socios enormes cantidades de dinero. Si bien no ha cerrado, se mantiene al mínimo.

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De esa forma inyectaron recursos ala economía que después se transformaron en deuda pública como consta en documentos oficiales en los que se reconoce enormes deudas a Bancorp, con los que se realizaron obras sociales. No obstante los pobladores no reconocen que se hayan realizado. Así existen deudas de alcaldías de varios municipios de Jinotega y Matagalpa, que reconocen deudas con Bancorp que superan, incluso sus propios presupuestos.

De hecho de esta forma se está reconociendo fuertes cantidades de dinero en deudas para entidades que movieron importantes sumas de dinero sin ningún control.

Por ejemplo en la Gaceta del 15 de enero de 2018, el gobierno a través del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, reconoce una deuda con el Bancorp por 140 millones de córdobas “PRIMERO: Autorizar a la Dirección General de Crédito Público, para que de conformidad al Artículo 1 del expresado Acuerdo Presidencial No. 207-2017, y la referida Ley No. 942, “Ley Anual de Presupuesto General de la República 2017”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 230 del 06 de Diciembre de 2016, en lo concerniente al Servicio de la Deuda Pública Interna, donde se incorporó la partida presupuestaria denominada: ENEL (Deuda BANCORP), Incorpore y Registre como Deuda Pública Interna del Estado de la República de Nicaragua, el monto de Ciento Cuarenta Millones de Córdobas Netos (C$140,000,000.00), que la Empresa Nicaragüense de Electricidad (ENEL) debe al Banco Corporativo, S.A. (BANCORP), en concepto de financiamiento destinado para la Rehabilitación de Obras Civiles en las Plantas Hidroeléctricas Centro América y Carlos Fonseca (PCA y PCF)”, Gaceta número 10.

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En la Gaceta 151 del 10de agosto de 2017, encontramos también que “incorpore y registre como Deuda Pública Interna del Estado de la República de Nicaragua, el monto total de Cincuenta y Nueve Millones Setecientos Setenta y Ocho Mil Seiscientos Ochenta y Un Córdobas con 39/100 (C$59,778,681.39), equivalente aproximadamente a Dos Millones Noventa Mil Ciento Cincuenta y Nueve Dólares con 72/100 (US$2,090,159.72)”, y si se sigue revisando encontramos deudas con una gran cantidad de empresas vinculadas al negocio ALBA de Nicaragua.

¿Y los impuestos?

Uno de los principales cuestionamientos a la cooperación venezolana es si las empresas que se han creado con este dinero pagan debidamente sus impuestos y si lo hacen, ¿cuánto?. De acuerdo con las cifras oficiales, ninguna de estas empresas ha pagado impuestos, durante todos los años en los que ha operado. Es decir, que de todo el dinero ALBA que ha ingresado al país, muy pocos han pagado sus respectivos impuestos nacionales o locales, una respuesta que ninguna autoridad de gobierno ha querido responder y menos la entidad de control de los recursos del Estados la Contraloría General de la República (CGR).

De hecho, las recaudaciones han crecido a un ritmo normal registrado en los últimos 20 años, sin que se observe un fuerte impacto de la cooperación venezolana en las recaudaciones tributarias del país.

INGRESOS TRIBUTARIOS POR AÑO (millones de córdobas)

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