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Las secuelas en las víctimas de abuso sexual

Psicólogo explica que la mayoría de los traumas que ocasiona el abuso sexual son de naturaleza psicológica y advierte que la impunidad nunca será una aliada en el proceso de sanación de la víctima.

Imagen referencial. Archivos/NI

El pasado 4 de enero Nicaragua despuntó el año con una noticia sangrienta. Keren Patricia Coca Aguilar, de 29 años, mató a cuchilladas a su propio tío. El motivo que la llevó a tomar la justicia con sus propias manos, es que el hombre de 70 años la habría violado cuando ella era solo una niña.

El crimen ocurrió en horas de la madrugada, en la colonia Maestro Gabriel, de Managua. Y mientras el cuerpo del hombre quedó tendido en el suelo, la mujer con las manos ensangrentadas fue trasladada al distrito 4 de Managua.

Al momento de ser abordada por los oficiales, la mujer confesó que no podía vivir tranquila sabiendo que el hombre que la violó andaba libre. Al igual que ella, son miles los casos en el mundo de mujeres que han sufrido abuso sexual por parte de un familiar, amigo, vecino o pareja, pero al estar bajo amenazas o por temor a ser asesinadas prefieren callar. Pero ¿qué tan dañino es guardar silencio y vivir con las secuelas? ¿La víctima podrá llevar una vida tranquila con el pasar del tiempo? o ¿Se podrá borrar este episodio a lo largo de la vida?

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Los niños, los más vulnerables

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia sexual como “todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de ésta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo”.

El psicólogo Róger Martínez asegura que cualquier persona puede ser víctima de abuso sexual, sin distinción alguna, sin embargo, hay personas más vulnerables que otras. “Por ejemplo los niños y las niñas que pueden ser sometidos por fuerza física o manipulación, también adultos hombres y mujeres pueden ser víctimas si son sometidos por medios violentos como secuestros, extorsiones laborales y/o por estado de embriaguez, por ejemplo”.

Secuelas y comportamiento

Según la Asociación para la Prevención de los Abusos Sexuales en la Infancia (Aspasi), de España, entre las consecuencias de estos abusos, a largo plazo la persona mostrará baja autoestima, miedos, sentimiento de suciedad, vergüenza, culpabilidad, hipersexualización o temor al sexo, anorexia, depresión, psicosis, dificultades para relacionarse, dependencia, drogadicción, autolesiones o tentativa de suicidio.

De acuerdo a Martínez, la mayoría de los traumas que ocasiona el abuso sexual son de naturaleza psicológica debido a que, inicialmente al menos, la mayoría de las víctimas reaccionan con pasividad ante el abuso.

“Las razones que explicarían está en la no resistencia al abuso, pueden ser el miedo al uso de la fuerza física por parte del agresor, ignorancia, amenazas del abusador hacia su familia, sentimientos de desamparo, miedo a que sus madres o padres no les crean, o porque el abusador está en autoridad y dependencia económica”, añade.

Así mismo, señala que el goce vital de la víctima se ve afectado trastocando todas las áreas de la persona incluida la social, pudiéndose presentar como una persona aislada, con pocas habilidades sociales, respuesta agresiva o pasiva ante el contacto físico de otra persona así sea sus propios progenitores.

El Código Penal de Nicaragua establece que toda relación sexual con una persona menor de 14 años —resulte o no embarazada— y aun cuando ella declare o alegue su consentimiento, es catalogado como delito de violación.

¿Se supera en algún momento de la vida una violación? El especialista señala que el momento de superar dependerá del proceso que la persona lleve. “A veces no se podrá superar completamente sobre todo cuando no existe justicia frente al agresor y esto genera ese sentimiento de odio por el abuso y por la impunidad del mismo. Si la persona entra en un proceso psicoterapéutico tiene mayores posibilidades de afrontar y aliviar el trauma causado por el abuso”, explica.

Este tipo de agresiones sexuales dejan consecuencias psicológicas en sus víctimas, que en muchos casos no pueden volver a vivir su sexualidad con naturalidad y difícilmente logran establecer un hogar.

El psicólogo explica que el alcance del impacto psicológico de un abuso sexual va a depender del grado de culpabilización de la víctima por parte de los padres e incluso de los prejuicios de la sociedad, así como de las estrategias de afrontamiento de que disponga la víctima.

“En general, las víctimas tienden a presentar reacciones ansioso-depresivas, fracaso escolar y dificultades de socialización, así como comportamientos sexuales agresivos, disfunción sexual, bajo control de la ira volcada al exterior en forma de violencia y conductas autodestructivas como por ejemplo consumo de sustancias y una sexualidad descontrolada”, apunta.

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Cómo sanar el dolor

Róger Martínez menciona que hay muchos consejos que se pueden dar para superar los traumas de un abuso sexual, sin embargo, cada persona reacciona diferente a ellos y cada víctima conoce su dolor y experiencia, por lo que siempre es importante acudir a ayuda psicológica profesional para evaluar la mejor manera de ir buscando el alivio con miras a una sanación plena.

Advierte que el silencio nunca será un aliado de la sanación, al contrario, hablar del abuso con un especialista va preparando el camino para reconocer lo que sucedió, trabajarlo y posteriormente ser libre de las culpas y prejuicios tan nocivos en una víctima de abuso sexual.

Así mismo, manifiesta que sanar es posible y las personas que lo logran son capaces de construir una vida plena y ser felices. “En un principio en terapia se trabaja la emoción que más desborda a la víctima, sea ira, enojo, odio, resentimiento, frustración, tristeza, ansiedad, estrés, etc. para así ir permitiendo que la persona tenga control de sí mismo, obviamente que es un proceso que incluye ensayo y error, pero que siempre se va aprendiendo. Lo principal aquí es que la víctima comprenda que la que más paciencia debe tenerle es ella misma para poder ir dando pasos que, aunque lentos algunas veces, seguros”.

Para el especialista sanar es importante y eso incluye lo que la propia víctima pueda hacer por sí misma para sanar, pero también lo que la sociedad debe de hacer para propiciar justicia que da alivio y encamina a la víctima a la sanación.

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Impunidad no es una aliada

También advierte que la impunidad no es una aliada de la sanación, “por ende, dentro de la persona hay un sentimiento latente que con el tiempo encuentra una manera de liberarse, lamentablemente en este caso fue quitándole la vida a su agresor”.

“Desconocemos si el agresor hacia mofa de su impunidad, en caso lo hiciera en la forma que fuese, entonces el mismo no sabía lo que estaba alimentando contra él mismo. Obviamente esto removía más los sentimientos de repulsión, odio y posiblemente venganza que quedaban guardadas en la víctima hasta que encontró la oportunidad de cobrársela”, agrega.

Muchos casos de violencia sexual ocurren en las zonas rurales y no logran ser denunciados. El anuario 2019 —el último informe disponible— del Instituto de Medicina Legal expone que en ese año el país registró 4,803 casos de violencia sexual. De ese total, 705 casos corresponden a la zona del Caribe.

Se sienten culpables

De acuerdo a Martínez, la mayoría de las víctimas de una agresión sexual sienten culpa ya que creen que provocaron a sus atacantes o que no debieron haber estado donde estaban o que no deberían haber tomado alcohol, ni llevado la ropa que tenían puesta, por ejemplo.

“Hay un tipo de culpa que también surge, como la de sentirse culpables por no denunciar preguntándose ¿mi abusador abusará de otras porque no hablé? y la culpa por sí denunciar ¿le arruiné la vida a alguien, a una familia? La culpa es parte de una estrategia de manipulación que ocupan los agresores para perpetuar el abuso y mantener en silencio el delito. Por ende, es parte importante a trabajar en una víctima”, subraya.

 

Autor
Nicaragua Investiga
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