Los mensajes de odio que recetan los dictadores de Nicaragua a ciudadanía y la oposición, también llegaron finalmente al Vaticano, pero no siempre fue así, ya que hace cerca de 10 años Daniel Ortega y Rosario Murillo soñaban con que el papa Francisco pisara tierras pinoleras.
Y es que al igual que con ex aliados y opositores, Ortega y Murillo pasaron de halagar a atacar la Iglesia encabezada por Mario Bergoglio, a tal punto de calificarla de «mafia”.
El sueño que nunca se les hizo realidad
El 24 de abril del 2013 Daniel Ortega extendió una invitación al papa Francisco para que visitara Nicaragua. Lo hizo a través de una carta que le hizo llegar personalmente con el canciller Samuel Santos.
En ese entonces, Rosario Murillo dio lectura pública de la misiva, en la que destacó la labor de Francisco “en defensa de los más empobrecidos y más vulnerables”.
“Vivimos en luz”, dice Murillo, luego que el Papa tachó a Ortega de «desequilibrado»
En el documento Ortega dice al Papa: “Queremos invitarle a nombre de este pueblo que ha transitado por tantas rutas buscando afianzar su derecho a la justicia, a la autodeterminación y a la vida en valores humanos, a visitar estas tierras cristianas, socialistas y solidarias”.
El 01 de junio del 2018, a mes y medio de iniciadas las protestas sociopolíticas del país, Rosario Murillo calificó de “hermosísima” la carta del Papa Francisco enviada a Ortega con Monseñor Andrea Piccioni, Encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica en Nicaragua.
“Una carta con la que el Papa Francisco responde el mensaje que le hiciéramos llegar el 29 de abril cuando el Ministro Sidhartha Marín visitó Roma y luego fue al Vaticano en ocasión de una reunión ministerial del SICA que se desarrolló en Italia y él luego visitó el Vaticano, tuvo oportunidad de participar en una audiencia que el Santo Padre brindó a los participantes en este encuentro centroamericano”, añadió Murillo.
“El Santo Padre responde esa carta que le enviamos el 29 de abril, donde le agradecíamos, además, por la inspiración para el diálogo que nos convoca y que le pedimos, decíamos, bendecir”, apuntó Murillo.
El 12 de octubre del 2020, el Papa Francisco recibió las Cartas Credenciales de Francisco Javier Bautista Lara, como nuevo embajador de Nicaragua ante la Santa Sede. En ese encuentro, Lara entregó al Santo Padre dos obsequios elaborados por artesanos de Carazo: una imagen de la Inmaculada Concepción de María, y una estatua del Güegüense, personaje de la comedia bailable colonial, declarada Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad (2005).
Empieza a atacar al vaticano
El 28 de septiembre del 2022 Ortega por primera vez se atrevió a atacar directamente la institución papal y tachó a la Iglesia católica como la «dictadura perfecta» y descalificó la legitimidad de los sacerdotes.
Pero, el 10 de febrero del 2023, los dictadores enviaron una nueva carta al Vaticano para el Papa. Fue un día después del destierro de 222 presos políticos hacia Estados Unidos. En dicha misiva felicitaban al Papa en ocasión del aniversario de la firma de los Pactos Lateranenses en la que reconocen la autonomía y soberanía respectiva de Italia y de la Santa Sede.
Sin embargo, el 22 de febrero del 2023, Daniel Ortega volvió a atacar a la Iglesia católica y la calificó de ser “una mafia” que no representa los principios de Dios ni los de Cristo.
“¿Quién elige al Papa? ¿Cuántos votos consigue el Papa entre lo que es el pueblo cristiano? Si vamos a hablar de democracia el pueblo debería elegir en primer lugar a los curas del pueblo”, señaló. Ortega aseguró que, aunque él no crea en la Iglesia, “tiene a Cristo en su corazón” y para él “el socialismo es el cristianismo”.
El Papa finalmente reacciona
Ante las críticas por el silencio papal por el encarcelamiento de sacerdotes en Nicaragua y la brutal persecución religiosa, este viernes 10 de marzo los nicaragüenses se levantaron con una sorpresa: en una entrevista con Infobae el Sumo Pontítice lanzaba duras críticas al régimen sandinista.
«No me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Daniel Ortega). Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio. Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas… Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas. Guarangas», dijo el Papa.
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