El 31 de marzo, la embajada francesa en Rusia reenvió en Twitter un comunicado del Ministerio de Relaciones de Francia que conmemoró el primer aniversario de la matanza de civiles ucranianos por las fuerzas rusas en Bucha y otras ciudades de Ucrania.
El mensaje transmitido en ruso decía:
“Un año después de las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas rusas en Bucha y otras ciudades ucranianas, Francia continúa apoyando a las autoridades ucranianas e internacionales para luchar contra la impunidad por estos crímenes”.
EEUU y Cuba conversarán nuevamente esta semana sobre migración
El 4 de abril, la Cancillería rusa llamó al encargado de negocios de Francia en Rusia, Jay Dharmadhikari, para protestar por el mensaje transmitido por Twitter.
La declaración rusa decía que “tales ataques provocadores de representantes de países no amistosos suenan todos más infundados, porque hasta ahora no hemos visto pruebas de la llamada ‘matanza en Bucha’: alguna lista de nombres de los muertos, las circunstancias y fechas de sus muertes y las conclusiones de expertos forenses”.
Sin embargo, los investigadores y fiscales ucranianos y extranjeros han documentado numerosas ejecuciones sumarias de civiles en Bucha, cuyos cadáveres fueron encontrados con las manos atadas y señales de tortura. También han identificado víctimas, interrogado a sobrevivientes y testigos e identificado a soldados rusos presuntamente involucrados en los asesinatos.
La ciudad de Bucha, un suburbio de Kiev, fue el escenario de los primeros choques entre tropas ucranianas y fuerzas especiales rusas después de que Moscú lanzó su invasión a Ucrania el 24 de febrero de 2022.
Las tropas rusas controlaron Bucha desde el 5 al 31 de marzo. Cuando Ucrania liberó la ciudad el 1 de abril, los periodistas extranjeros entraron allí y las agencias de prensa internacionales comenzaron a publicar impactantes pruebas fotográficas y de video de los asesinatos de civiles.
Durante la investigación, se encontraron los cadáveres de más de 30 personas en ropas de civil en las calles y patios de la casas en Bucha. Otros 67 cuerpos fueron exhumados de una fosa común cerca de la iglesia de San Andrés Pyervozvannoho y Todos los Santos.
Un examen forense policial ucraniano determinó que 40 de las víctimas eran civiles y decenas habían muerto de heridas de bala en la cabeza y el cuerpo. La agencia de prensa ucraniana UNIAN reportó que “a veces el terrible procedimiento se veía detenido por los llantos angustiosos de lugareños que llegaban en busca de familiares muertos”.
El grupo activista Human Rights Watch hizo su propia investigación y confirmó las denuncias contra el ejército ruso:
“Los investigadores que trabajaron en Bucha del 4 al 10 de abril, días después de la retirada de las fuerzas rusas del área, encontraron extensa evidencia de ejecuciones sumarias, desapariciones forzadas y tortura, todas ellas que constituyen crímenes de guerra y potenciales crímenes contra la humanidad”, señaló la organización pro derechos humanos.
Serhii Kaplychnyi, director de la funeraria municipal de Bucha, relató a los investigadores de HRW que solo dos miembros de las fuerzas ucranianas fueron hallados entre las decenas de cuerpos desenterrados de las fosas comunes.
Un empleado de esa funeraria, Serhii Matiuk, dijo que él personalmente retiró unos 200 cadáveres de las calles de Bucha desde finales de febrero de 2022.
“Casi todos murieron de un disparo a corta distancia, en la cabeza o en un ojo”, declaró a HRW. En total, dijo que vio “aproximadamente 50 cadáveres con las manos atadas”, todos hombres.
“Los cuerpos tenían señales de tortura, sus manos y piernas presentaban disparos y algunos cráneos estaban destrozados con objetos pesados”, añadió.
Reuters reportó el 5 de mayo de 2022, que las fuerzas rusas en Bucha fueron de puerta en puerta deteniendo a hombres en edad militar para ejecuciones sumarias públicas.
Periodistas de Reuters pasaron 21 días en Bucha, entrevistaron a más de 90 residentes, revisaron pruebas fotográficas y de video que compartieron esos habitantes locales y examinaron documentos abandonados por los rusos. Ellos identificaron a “soldados específicos y unidades militares rusas presentes durante la sangrienta ocupación”, según la agencia.
Una investigación de Amnistía Internacional llevada a cabo en abril de 2022, arrojó que Bucha “fue el sitio de una serie de aparentes crímenes de guerra durante el período de la ocupación rusa”.
El 16 de mayo de 2022, la cadena británica BBC, reportó, citando a la policía ucraniana, que después de la retirada de las tropas rusas de Bucha se encontraron más de 1.000 cadáveres en la región. Muchas de las víctimas habían sido “sepultadas apresuradamente en tumbas poco profundas” y “unas 650 personas murieron en lo que un alto funcionario de la policía ucraniana describió como ejecuciones”.
Un reporte de mayo de 2022 del Instituto New Lines para Estrategia y Política, con sede en Washington, y el Centro Raoul Walleberg para Derechos Humanos, en Montreal, firmado por más de 30 renombrados académicos legales y expertos en genocidio, encontró que las matanzas y las ejecuciones sumarias bien documentadas en Bucha estuvieron entre las acciones rusas en Ucrania que encajan en “un patrón genocida de destrucción”.
Hasta el 31 de octubre de 2022, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos había documentado los asesinatos de 73 civiles en Bucha bajo la ocupación rusa, incluyendo las atribuidas a ejecuciones masivas, y trataba de verificas otros 105 presuntos homicidios. La entidad reportó que muchos residentes recibieron disparos simplemente por estar en la calle.
“Personas que conducían vehículos y los que trataban de salir de Bucha fueron regularmente asesinados a tiros sin una razón aparente… Algunos civiles murieron en el lugar, mientras que otros fueron detenidos y ejecutados después. Los residentes reportaron que algunos crímenes parecía completamente arbitrarios”.
El 4 de noviembre de 2022, la agencia AP, PBS y la firma de investigaciones visuales ITU, con sede en Nueva York, publicaron una investigación sobre la matanza de Bucha basada en cientos de horas de videos de monitoreo y conversaciones de teléfonos rusos interceptadas, y crearon un modelo en 3-D que reconstruye la operación rusa para “limpiar” a Bucha.
Según esas compilaciones, los militares rusos fueron casa por casa en Bucha en busca de potenciales amenazas y residentes sospechosos. Los sospechosos de ayudar a los militares ucranianos eran torturados y asesinados.
El 22 de diciembre de 2022, el New York Times publicó un video de media hora de los resultados de una investigación de ocho meses sobre la matanza de Bucha. Los periodistas entrevistaron testigos de los eventos en marzo, con intercepciones telefónicas, comunicaciones de radio, grabaciones de cámaras de vigilancia y videos exclusivos de fuentes de gobierno.
Esa investigación concluyó que los crímenes en Bucha fueron cometidos deliberadamente como parte de un plan para facilitar el avance de las tropas rusas hacia Kiev.
El periódico logró también identificas a 22 participantes de las matanzas: soldados rusos del 234 Regimiento de Asalto Aerotransportados, con sede permanente en la ciudad de Pskov, en Rusia central.
You must be logged in to post a comment Login