Si viaja a la paradisiaca isla de Ometepe de Nicaragua, no olvide darse una vuelta por un lugar lleno de mitología. Es uno de esos lugares cargados de historia, que documenta leyendas y cultura. Se trata del museo “El Ceibo», ubicado en la comunidad de Sacramento, a diez kilómetros de Moyogalpa, en Rivas.
Ahí se exponen más de 1,500 piezas precolombinas entre piezas de oro, pedernal, cerámica, oxidiana y jade, que cuentan cómo vivían nuestros ancestros. Además, el lugar, posee un área numismática independiente del local principal que cuenta con una colección completa de monedas que han circulado en Nicaragua y otra área dedicada a contar la historia precolombina de Ometepe.
Los que asisten a este museo, pueden apreciar también piezas precolombinas que se conservan intactas y que fueron utilizadas por nuestros antepasados.
En el área numismática, los guías se encargan de explicar sobre la historia de la moneda, su tiempo de circulación y la historia de cada mandato presidencial del país bajo el cual circularon las monedas y los billetes. Para visitar este lugar, el costo simbólico por el tour es de 150 córdobas por persona y dura aproximadamente 10 minutos por área.
No incentiva a jóvenes a visitarlo
Pese a que el museo cuenta con mucha información local, las personas que más se interesan por conocer Nicaragua son turistas extranjeros, lo que evidencia el poco interés del nicaragüense, por saber sobre la historia de su país, se quejan guías turísticas de la paradisíaca Isla de Ometepe.
“Los jóvenes no parecen interesados en saber sobre cultura, sobre historia, la mayoría de visitantes locales deciden ir hacia otros lugares turísticos como las playas. El museo se mantiene vacío y aunque esperamos visitas en Semana Santa, fue muy poca la gente que llegó. Pocas visitas, afectan también el autosostenimiento del museo”, se quejaron funcionarios.
Otra crítica fue dirigida a las escuelas. Los guías dicen que en los colegios, poco se incentivan las visitas a lugares como museos. “Les hablan poco de historia, no despiertan el interés”, señalan . “Parece perderse la costumbre de conocer sobre la
historia de Nicaragua y de nuestros antepasados, las escuelas deberían de dar charlas sobre los lugares que como nicaragüenses debemos visitar, conocer para mejorar nuestro crecimiento personal y cultural”, recomendaron.
Los lugareños de la zona recuerdan las historias que sus abuelos les contaban, cómo eran antes las familias, de qué vivían, cómo vivían, cuáles eran sus costumbres y sus males como sociedad. “Por ejemplo, nos decían que antes, el machismo era más pronunciado, es decir, el hombre era más un símbolo de fuerza y tenían prohibido las tareas de la mujer como visitar el mercado o hacer las compras del hogar. Para ellos era una vergüenza”, relató don Faustino Sánchez.
“El hombre se sentía avergonzado si hacía esas cosas. Quienes se encargaban de realizar este tipo de actividades era la mujer isleña, ellos se tenían que dedicar a la siembra, cultivo y pesca. Pero eso ha cambiado, la sociedad ha cambiado, es interesante, por eso bueno saber de la historia”, señala Sánchez.
Los poderoso chamanes
El museo posee lanzas hechas a base de piedras. Se pueden apreciar objetos de los llamados “chamanes” que en la isla de Ometepe existieron y que eran muy importantes para los nativos. Ellos eran los médicos de la época, los curanderos y muy buenos consejeros. Era un grupo muy respetado en aquella sociedad antigua.
«Mi bisabuela nos narraba sobre quiénes eran los chamanes y el valor tan importante que tenían en la zona, ellos eran curanderos, para otros eran brujos, sabios, pero
eran muy respetados», cuenta una isleña.
El museo “El Ceibo” fue una iniciativa personal del filántropo nicaragüense Moisés Ghitis. Comenzó con la colección de objetos precolombinos a muy temprana edad en el año de 1976 y ha sido certificado como la mayor colección privada de objetos precolombinos de Nicaragua.
Los guías lamentaron que ahora raras veces llegan viajeros de paquetes turísticos que incluyen el museo en sus rutas, los que antes eran frecuentes y que los integraban entre 10, 15 y hasta 20 turistas. Eso además de darle vistosidad a la comunidad isleña, significaban ingresos para las instalaciones.
«La isla antes recibía buena demanda de turistas extranjeros, pero además, también locales. Eso ocurría antes del 2018 y los primeros, eran los que se interesaban más por saber sobre la historia de la isla, mientras que el turista nicaragüense muy poco», aseguran pobladores.
Historia, mitos y leyendas
Entre las tantas historias, mitos y leyendas expuestas en el museo, se cuentan curiosas leyendas como la de «Chico Largo «, el brujo que murió mitad hombre mitad venado y se convirtió en custodio eterno de la isla.
«La gente se pierde estas interesantes historias por el simple hecho de que el nicaragüense no tiene la cultura de indagar más sobre su país. Recuerdo que mi abuela nos contaba que antes las tribus peleaban por poder o territorio y el ganador arrancaba el diente de su oponente como símbolo de derrota, esas piezas dentales permanecen intactas en el museo pese a los años», reitera un guía turístico.
En el museo también permanecen diferentes urnas que guardaron por años los restos de los influyentes “chamanes”. «Las urnas de chamanes, mujeres, niños recién nacidos y hombres importantes de la zona, permanecen guardadas en exhibición en el museo, es una lástima que la juventud esté tan desinteresada en el tema», menciona el rivense Mario Pérez.
Las urnas donde descansaban los restos de personas se diferenciaban por su forma, tamaño, estructura, y dibujo. Los nativos de aquella época eran fieles creyentes de la reencarnación.
You must be logged in to post a comment Login