El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su esposa, la primera dama Jill Biden, conmemoraron el miércoles el primer aniversario de la matanza de Uvalde, una localidad en Texas donde un joven abrió fuego dentro de la escuela primeria Robb y mató a 19 niños y dos de sus maestras.
Biden se solidarizó con los familiares de las víctimas, pero también hizo un nuevo llamamiento en favor de prohibir las armas de asalto, específicamente el fusil automático AR-15 usado para el sangriento hecho.
“La situación nunca volverá a ser la misma”, dijo el mandatario en un acto solemne desde la Casa Blanca, cuando hizo mención a los testimonios de los familiares de las víctimas.
Biden tuvo palabras para una de las madres que ahora llora la pérdida de una de sus hijas, de quien dijo «ha perdido la alegría» para siempre.
Desde su llegada a la Casa Blanca, en 2021, Biden ha insistido en que el Congreso tome cartas en el asunto para prohibir las armas de asalto, sin que se haya producido avance alguno. “Es hora de actuar”, dijo, y comparó la situación con “una epidemia” que seguirá estando allí “hasta que el Congreso haga algo”.
Desde el 24 de mayo de 2022 cuando ocurrió la tragedia, se han sucedido 674 tiroteos masivos en todo EEUU, incluyendo 50 en Texas, con 50 personas fallecidas. Ocho de los tiroteos han ocurrido en escuelas del país, según datos emitidos por medio de un tuit en el sitio The Gun Violence Archive.
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La organización The Gun Violence Archive define como tiroteo masivo el hecho donde mueren cuatro o más personas, excluyendo al tirador.
Biden quien ha abogado por más acción de parte de la oposición republicana en el Congreso, dijo sentirse esperanzado al creer que «la unidad» de los estadounidenses es la que puede resolver algo así. “Yo sé que es difícil lograr progresos, pero va a llegar el momento en que nuestras voces sean tan fuertes que no nos podrán silenciar”.
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