Un ambiente de incertidumbre y dolor hay en la comunidad estudiantil de la Universidad Centroamericana (UCA) ante la confiscación de la institución académica por parte de la dictadura de Daniel Ortega.
Los recién graduados temen que sus títulos no tengan validez como represalia del régimen en contra del único centro de pensamiento independiente que queda en el país. A su vez, varios alumnos han optado por otra universidad y otros, consideran estudiar en el extranjero. Muchos han llorado al ver a su casa de estudios ser tomada por la dictadura sandinista.
«Es agridulce. Yo no he inscrito mi título en el CNU (Consejo Nacional de Universidades) y tampoco lo puedo apostillar. Me siento a la deriva», manifestó «Ana», licenciada en Diseño Gráfico, que pidió anonimato.
La joven recibió su diploma en diciembre de 2022, pero al igual que varios de sus excompañeros de clases, señala que no ha realizado la gestión ante el CNU para darle legitimidad al título según la Ley 1088, explicó. «¿La pregunta es nos van a aceptar ese título por todo lo que está pasando?», cuestionó angustiada.
Dictadura acusa a la UCA de «terrorismo» y ordena confiscar sus bienes
Probabilidades de irse de Nicaragua
Un estudiante de la UCA de primer año de la carrera de Ingeniería en Sistemas de Información afirmó que al menos tres alumnos de su clase optaron por matricularse en la Universidad Americana (UAM), con la esperanza de que ese centro de estudio superior no sea expropiado a futuro, debido a que ya es administrado por el Ejército de Nicaragua.
«Como yo ya había pagado en la UCA desde que empezaron las matrículas, lo que me queda es esperar que termine como la UPOLI que la hacen pública, probablemente con el mismo arancel y, por lo menos, que la calidad sea parecida», señaló.
Por su parte, otra estudiante de primer año de la carrera de Ingeniería Ambiental dijo que «hay muchas posibilidades que se vaya del país». Su esperanza es encontrar beca para estudiar en el extranjero.
«Tengo miedo. No quiero dejar a mi mamá y me da miedo irme a otro país, pero ya no será la UCA porque si pasa a manos de otras personas que no sean de una institución asociada, la universidad pierde todos sus derechos de tratados con otros países y/o universidades», declaró la universitaria.
La incertidumbre en el personal
La incertidumbre también llegó al personal de la UCA, quienes salieron del recinto luego que le confirmaron del cierre de operaciones. Ellos salían cargando sus pertenencias en cajas y bolsas.
Los docentes también están en incertidumbre. Le han explicado a sus estudiantes que descarguen sus calificaciones y las guarden.
Nicaragua Investiga además conoció que parte del personal de la UCA les comunicaron que tenían reunión, pero no se les brindó más información.
Además, algunas imágenes religiosas fueron quitadas de la Capilla de la UCA y fueron resguardadas.
Las ilegalidades contra la UCA
Uriel Pineda, exdocente de la UCA y consultor independiente de Derechos Humanos, explicó que el «terrorismo» está tipificado como un delito con «responsabilidad personal e individual», pero la UCA constituye una persona jurídica; por tanto, «es inconsistente» que el Estado persiga a la institución y no a las personas que, según, cometieron el delito.
Tampoco «ninguna autoridad judicial puede incautar bienes y congelar cuentas, a menos que haya un precedente que lo justifique (como para resarcir daños)».
Agregó que esta acción contra la UCA, al estar al margen de cualquier proceso judicial y marco jurídico, representa una «persecución contra los jesuitas por su tradición de enseñanza crítica», lo que en la práctica implica «una expulsión».
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