De los 81 cambios que realizó en el servicio exterior el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en lo que va de este año, el título más efímero se lo ganó el empresario y catedrático, Jorge Danilo Portocarrero Argüello, quien oficialmente duró menos de una semana como ministro consejero con funciones consulares en Cuba.
El pasado 9 de agosto, el régimen eligió a Portocarrero Argüello para ocupar el cargo de ministro consejero con funciones consulares de la República de Nicaragua en Cuba, designación que se oficializó con el acuerdo ministerial, firmado por el canciller Denis Moncada Colindres y que fue publicado el 11 del mismo mes.
Cuatro días después, la Cancillería dejó sin efecto el nombramiento de Portocarrero Argüello, sin brindar ninguna explicación y la destitución coincidió con la visita que realizaba en el país centroamericano Abel Prieto, asesor del presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel.
La sede diplomática en Cuba, es la oficina más inestable que ha tenido el régimen desde que Ortega asumió su cuarto periodo consecutivo. Tras haber tenido en el puesto durante 14 años a Luis Cabrera González, quien fue removido en 2021, el médico, Alejandro José Solís Martínez estuvo un año en el cargo, sin embargo, el efecto de puerta giratoria también se utilizó con él.
Solís Martínez fue destituido del cargo en Cuba el 17 de mayo de 2023, pero el 21 de junio, mediante un acuerdo presidencial fue reintegrado, pero luego fue sustituido por Portocarrero Argüello que duró pocos días en el cargo.
El analista internacional Carlos Cascante Segura, de la escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (UNA) de Costa Rica, dijo a Nicaragua Investiga que Cuba es uno de los “aliados” más importantes de Managua, por lo tanto, deben ser nombradas personas de confianza para la pareja presidencial.
“Es de esperarse que las personas que ocupen ese cargo sean personas muy leales a la dictadura de Ortega y Murillo. En el momento de que no lo sean probablemente tengan que ser excluidas del cargo, porque es un puesto de vital importancia”, señaló Cascante Segura.
¿Por qué tantos cambios?
De los 81 cambios que hizo el régimen en este periodo analizado por Nicaragua Investiga, 45 de ellos fueron nuevos nombramientos y 36 acuerdos que se dejaron sin efectos. Al menos 56 funcionarios pasaron por esa “puerta giratoria” y fueron cambios en 31 países con los que Nicaragua tiene relaciones diplomáticas.
En este periodo, el régimen canceló nombramientos de embajadores en Chile, Unión Europea, Etiopía, Panamá, Brasil, Corea y República Dominicana. Y nombró a otros en las embajadas en República Eslovaca, Mongolia, Irán, Grecia, Palestina, Bélgica y otros países donde con anterioridad removió a sus embajadores.
Para Cascante Segura, “no es normal” que un país haga cambios constantes en el servicio exterior, “porque es un puesto muy delicado, no es la norma, no debería ser así. Hay diferentes razones por las cuales eso puede pasar: la primera, es la pérdida de confianza en la persona que cumpla funciones diplomáticas; la segunda, puede ser cambios a nivel de estrategias del gobierno y considera que hay personas mejor capacitadas que otras para seguir una ruta”.
Según el analista internacional, cuando un país nombra un embajador, ese funcionario permanece en el cargo como mínimo de “dos a tres años, que es la costumbre diplomática internacional”.
“No es normal que sean de nombramientos tan cortos”, insistió Cascante Segura.
Un exdiplomático nicaragüense, bajo condición de anonimato, afirma que el régimen de Ortega y Murillo maneja una política exterior de Nicaragua como una concepción “partidaria y familiar” más que de Estado”.
Mafiosos y sancionados en el servicio exterior
Entre marzo y junio, Ortega otorgó tres representaciones diplomáticas a Mohamed Mohamed Ferrara Lashatar, un ciudadano libio nacionalizado nicaragüense y sancionado por Estados Unidos. El 3 de marzo pasado, a través del acuerdo presidencial, se le nombró embajador en Túnez.
Posteriormente, el 17 de abril se le extendieron credenciales para representar al país centroamericano en Turquía y el 1 de junio también fue nombrado embajador en el Estado insular asiático del Reino de Baréin.
Otro ciudadano al que Ortega y Murillo le extendieron poderes es Mauricio Carlo Alberto Gelli, un italiano —nacionalizado nicaragüense— que tiene cargos diplomáticos en Andorra, España y su más reciente nombramiento, el 4 de septiembre, ante la República Eslovaca.
Gelli es un italiano que tiene un pasado con vínculos cercanos a los crímenes que cometió su padre, Licio Gelli, un mafioso, fascista y ex agente italiano acusado de operaciones anticomunistas durante la Guerra Fría. En 1999 fue imputado por intentar lavar una fortuna de 1,200 millones de dólares, que supuestamente acumuló su padre.
En este tipo de regímenes, según el analista internacional Carlos Cascante Segura, es muy normal que las personas que se nombran para funciones del servicio exterior, sean aquellas que no tienen “carrera diplomática, sino que los cargos se reparten de acuerdo con las lealtades”.
“Si había un acercamiento a una diplomacia de carrera eso tuvo que ser muy limitado, porque estos regímenes viven de que los diplomáticos o las personas que se nombran en este tipo de cargos, sean personas muy leales al régimen por la delicadeza de las funciones. Usted no puede tener en un puesto diplomático a alguien en el que usted no tiene confianza, porque puede servir como una persona que se oponga o trabaje contra el régimen”, destacó Cascante Segura.
Marzo, el mes con más movimientos
De acuerdo al análisis de Nicaragua Investiga, marzo fue el mes con más rotación en el servicio exterior nicaragüense. En total 15 movimientos se oficializaron en La Gaceta, entre acuerdos presidenciales o ministeriales en los que el régimen dejó sin efecto, nombró o removió a sus embajadores, ministros consejeros, agregados técnicos o embajadores especiales.
En marzo, el régimen realizó siete nombramientos entre ellos el del exalcalde sandinista Daysi Torres como embajadora ante Venezuela a través del acuerdo presidencial firmado por Ortega y enviada en sustitución a Orlando Gómez Zamora.
Después de dejar la Alcaldía de Managua en enero de 2018, Torres mantuvo un perfil relativamente bajo hasta que apareció en junio de 2021 como presidenta del Consejo Electoral Departamental (CED) de Managua en el marco de las fraudulentas elecciones en las que se reeligió el binomio Ortega y Murillo.
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Sobresale también el nombramiento de la periodista Consuelo Sandoval, que estuvo en la vocería de la Empresa Administradora de Aeropuertos Internacionales (EAAI), enviada a Panamá inicialmente como ministra consejera con funciones consulares. El 18 de abril, fue confirmada como embajadora en el país canalero, tras dejar sin efecto el nombramiento de Marvin Roberto Ortega Rodríguez.
A través de un acuerdo ministerial, el régimen también designó a Ramiro José Cruz Flores como ministro consejero en la República Popular China con funciones consulares como parte de la apertura y cercanía mostrada hacia el régimen de Xi Jinping, con quien restableció las relaciones diplomáticas en diciembre de 2021, inmediatamente después de romper con Taiwán, uno de sus mejores socios económicos y principales cooperantes.
Nepotismo en cargos diplomáticos
Nombrar familiares en cargos públicos es una de las prácticas de corrupción a la que acude frecuentemente el régimen de Ortega y Murillo. Se constató que familiares de los actuales funcionarios, incluyendo aquellos cercanos al canciller Denis Moncada y la ministra de Gobernación, Amelia Coronel Kinloch, ejercen funciones de servicio exterior.
El 25 de julio, Ramón Alberto Moncada Colindres, uno de los hermanos del canciller nicaragüense, fue nombrado embajador de Nicaragua ante el Gobierno de la República Árabe de Siria. Él fue un exguerrillero y fundador del Ejército Popular Sandinista (EPS), en 1979, es también el representante de Nicaragua ante la República Islámica de Irán, según acuerdo presidencial publicado en La Gaceta.
En la lista de movimientos aparece Rodrigo Coronel Kinloch, cuyo nombramiento como embajador ante Corea del Sur, Australia, Brunei, Filipinas y Tailandia, fue anulado en marzo pasado.
A través del acuerdo presidencial número, Ortega dejó sin efecto el nombramiento de Coronel Kinloch, hermano de la ministra de Gobernación, en el cargo de embajador concurrente ante el Gobierno de la República de Corea, con sede en Seúl, para el que había sido designado el 17 de noviembre del 2020.
En mayo, anuló la representación de Coronel Kinloch como embajador nicaragüense ante la República Popular China al que había sido designado el 28 de junio de 2022.
“Cuando se pierde la lealtad, en ese momento se acaba el nombramiento”, insistió Cascante Segura.
Destituye a empresarios
Enero se consagra como el segundo mes en el que más movimientos se realizaron, 12 en total. Entre junio y agosto, según publicaciones en La Gaceta, el régimen realizó 33 cambios que revelan la inestabilidad con la que funciona el servicio exterior en el país.
Este año, el régimen también acordó dejar sin efecto el reconocimiento de los cónsules honorarios de la República de Malta, Reino de Noruega, Seychelles, y Rumanía, y el del vicecónsul honorario de Dinamarca, cargos que en su mayoría eran ocupados por connotados empresarios nicaragüenses.
Una de las cancelaciones fue la de Walter Bühler Molina en el cargo de cónsul honorario de la República de Malta, con residencia en Managua, y con jurisdicción en el territorio de Nicaragua.
Bühler Molina es un empresario del sector turístico que mantuvo una disputa con el Estado nicaragüense en el año 2012, por la intervención que realizó el entonces procurador general de la República, Hernán Estrada, quien confiscó 20 manzanas de terreno donde se desarrollaba el complejo turístico Punta Teonoste, en el balneario de Tola, en el Pacífico sur, para ser entregadas al ex guerrillero Edén Pastora (1937-2020).
La otra cancelación fue la del empresario Diego Vargas Montealegre, que fungía como cónsul general honorario de Noruega ante el Gobierno de Nicaragua y quien en un tiempo cuando fue presidente de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham), demandó transparencia y respeto de las normas jurídicas y del medio ambiente tras el anuncio de la construcción del Gran Canal de Nicaragua.
“Para hacer ese sueño posible, lo primordial es ser transparentes. Hay que ser serio, hay que ser respetuosos. Respetuosos con el orden jurídico, pero también respetuosos de la institucionalidad, del medio ambiente y de nuestros recursos”, dijo Vargas Montealegre en el año 2014.
El empresario de bienes raíces Damien van der Schueren Deveze en el cargo de cónsul honorario de Seychelles; Mario Salvo Horvilleur, cónsul general honorario de Rumanía y Lars Saquero Moller como vicecónsul honorario de Dinamarca ante Nicaragua, también fueron defenestrados.
Contrario a la práctica de Ortega y Murillo con el manejo de las relaciones diplomáticas, un servicio exterior profesional parte del “supuesto de la estabilidad de sus miembros”, puntualizó Cascante Segura.
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