La irrupción de las nuevas tecnologías, el rezago social en la educación, la desigualdad, la ralentización del crecimiento y otros factores ponen cuesta arriba gran parte de los esfuerzos de inversión para impulsar el conocimiento en Latinoamérica.
Expertos convocados en Washington en la Semana del Conocimiento en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) coincidieron en que a pesar de las limitantes, la región ofrece cátedra sobre lecciones aprendidas, tanto de éxitos como de fracasos en proyectos enfocados en crear oportunidades.
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Carolina González-Velosa, especialista en mercados laborales del BID, comenta a la Voz de América que “hay retos muy importantes en materia de desarrollo” en la región, que pueden ser el trampolín para ver mejores oportunidades de empleos de calidad.
“Las nuevas tecnologías son desafíos, pero también oportunidades. Con el cambio tecnológico muchas veces tenemos nuevas oportunidades y empleos que surgen (…) pero también puede haber personas que pierden su empleo por los cambios tecnológicos”, advierte. Opina, además, que la formación de capital humano y “adelantarse” es crucial y, mejor aún, avanzar en propuestas para optimizar las tecnologías para generar servicios que promuevan el empleo.
Alfredo Bateman, jefe de la Oficina de Desarrollo Económico de Bogotá, Colombia, le dice a la VOA, que en la actualidad todas las bases de conocimiento ofrecen oportunidades para mejorar las políticas públicas y que desde oficinas como la de la municipalidad de la capital colombiana que él dirige se aprende “incluso de los fracasos”, en un constante “camino”.
Este experto relataba la mañana de este martes en una de las ponencias en el BID que la pandemia de COVID-19, por ejemplo, hizo saltar por los aires todas las previsiones con que venía trabajando la municipalidad para mejorar acceso al empleo, la emergencia sanitaria “aceleró todas las desigualdades”, opina.
No obstante, defiende que las políticas públicas bien articuladas con el sector productivo pueden contener esas crisis al generar incentivos que lleven a la inversión en capital humano focalizado en necesidades.
Como parte de las articulaciones entre políticas públicas y estímulos a los sectores –opina-, la capital colombiana volvió a recuperar los empleos perdidos durante la emergencia, y se crearon cerca de un cuarto de millón más con políticas bien enfocadas.
“El trabajo articulado con el sector público y el empresariado es súper importante, no debemos dejar de pensar en quien genera empleo y el rol de los empresarios, los emprendedores, la economía popular; el rol de lo público es ayudar a ellos a hacer mejor su tarea, que sea más productivo y que pueda crecer, el rol del sector público es habilitar y generar bienes públicos para que en el caso de los actores económicos puedan hacer mejor su trabajo”, opina Bateman.
Líneas primarias para actuar
El BID, al plantear los objetivos de la Semana del Conocimiento dice que hay optimismo que, a pesar de que “los desafíos trascienden fronteras”, la región Latinoamericana tiene el potencial de dar respuesta a las problemáticas porque los “resultados del desarrollo importan”.
Este lunes, al abrir el encuentro que culmina este viernes, el presidente del organismo multilateral en Washington, Ilan Goldfajn, dijo que “el conocimiento y la experticia” son cruciales para fomentar la prosperidad en la región.
“Estamos aprendiendo cómo el conocimiento es un soporte efectivo para el desarrollo y como genera mejores oportunidades”, dijo además que organismo multilateral no sólo es un banco, sino un centro de conocimiento para potenciar las políticas de desarrollo en el continente desde hace 65 años.
Y “vamos a continuar con esa visión de conocimiento” enfocada en tres líneas para los países como “asistencia técnica”, desde expertos, impulsando los “asocios entre el sector público y privado” y también para “encontrar soluciones” a entornos críticos de los países. Todo desde el conocimiento.
Rezago y futuro
Un estudio presentado por el Banco Mundial este año focaliza los retrasos en la región y como estos tendrán impacto en el futuro de los estudiantes actuales, uno de estos es el impacto de la pandemia que aceleró el rezago en aprendizaje.
Esos años pasarán factura en los ingresos de los futuros trabajadores hasta en un 12 % por el retraso que supuso la emergencia sanitaria, dijo el organismo, que además consideró que el “déficit cognitivo en niños pequeños incluso podría representar una merma del 25% de sus ingresos cuando sean adultos”, lo que plantea enormes retos para el desarrollo humano.
La organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha planteado también el rezago como una “Encrucijada de la Educación en América Latina y el Caribe” que pone en riesgo los objetivos de desarrollo de la Agenda 2030.
Según la ONU, “buscar salidas a las encrucijadas de la educación requerirá acciones urgentes y voluntad política” y que las metas no se lograrán sin un cambio sustancial en la dirección de recursos para la educación en una era de alta competitividad en el conocimiento como motor del empleo.
Nicaragua Investiga
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