Una nicaragüense que ganara Miss Universo parecía poco probable, pero estaba en camino. Desde 2013 se preparaba, cuando se adjudicó el concurso de belleza de su colegio de secundaria. Desde pequeña le gustaron los escenarios, le apasionaba desfilar y fue en ese concurso colegial, cuando tenía 13 años de edad, que descubrió que tenía el talento.
Nació en el año 2000 y fue la tercera de los bebés que llegaron al mundo en Managua el 30 de mayo de ese año, en el Día de las Madres, para después hacer historia convirtiéndose en la primera nicaragüense ganadora de Miss Universo.
A las 00:01 de la madrugada de ese día, en el hospital Bertha Calderón, nació una niña a la que llamaron Diana, revelan archivos de periódicos. Dos minutos después, en el hospital Fernando Vélez Paiz, nació un varón al que pusieron por nombre Cruz Daniel. Hubo que esperar 12 minutos más para que naciera Sheynnis Alondra Palacios Cornejo, a las 00:15 de la mañana. Aunque en diferentes medios se dice que nació en el hospital Alemán Nicaragüense, una vecina afirma que fue en el Bertha Calderón.
Sea como fuere, lo que relató a una televisora estadounidense la madre, Raquel Guadalupe Cornejo Pichardo, en aquel momento una joven de 18 años de edad, fue que su bebé recibió regalos en el hospital ese día. Y que fue una señal de que la niña había nacido “con una estrella”, es decir, era alguien especial, destinada a hacer algo grande.
Hace pocos días, el 18 de noviembre pasado, en San Salvador, El Salvador, esa niña fue coronada como Miss Universo 2023. No a todas las personas les gustan los certámenes de belleza, por considerar que denigran a la mujer, pero el caso de Sheynnis fue especial en Nicaragua.
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo no tolera aglomeraciones de personas en las calles, y menos si portan los colores azul y blanco. Sin embargo, en las últimas horas de ese 18 de noviembre, después del triunfo de Sheynnis, la gente salió a las calles en varias partes del país, ondeando banderas azul y blanco, alegres, entusiasmados, gritando vivas a Nicaragua, celebrando como se hace en un país cuya selección acaba de ganar la Copa Mundial de futbol.
La Policía de la dictadura no pudo hacer mucho para contener la euforia de la gente en las calles. No se lo esperaban. Nadie esperaba que una nicaragüense ganara Miss Universo.
Los orígenes
A las 6:45 de la tarde del tres de septiembre de 2007, en su casa de habitación del barrio La Fuente, falleció por insuficiencia renal crónica el ingeniero civil Orlando José Cornejo Morales, a la edad de 66 años. Era un hombre alto, de casi dos metros de estatura. No era rico, pero sí tenía sus recursos porque siempre había trabajado en la construcción, especialmente en carreteras.
Según los vecinos, la casa de Orlando Cornejo era de las mejores en su tiempo que había en la zona, a una cuadra del colegio La Salle, Monseñor Lezcano, de educación primaria.
Al poco tiempo, también murió la esposa, Melania del Carmen Pichardo Morales, y la propiedad le quedó de herencia a las cinco hijas que procreó el matrimonio. Hijos varones no hubo.
Una de esas hijas es Silvia Cornejo Pichardo, quien al morir sus padres quedó en una especie de desamparo. Era una madre soltera que a los 17 años de edad tuvo a una hija, Raquel Guadalupe Cornejo Pichardo, quien lleva los mismos apellidos porque el padre no la reconoció ni nunca se responsabilizó por ella.
Raquel casi corrió con la misma suerte que su madre, pues a los 18 años de edad quedó embarazada de un vecino, Edgar Arístides Palacios García, solo un año mayor que ella. Pero, un mes antes que Raquel diera a luz, se casaron. La boda se realizó el 29 de abril del 2000 y la bebé, Sheynnis Alondra, nació el 30 de mayo siguiente.
Los padres de Edgar Arístides habían tenido una historia similar. Su madre, María Elena García Benavides, quedó embarazada de él cuando tenía 14 años de edad, también de un vecino, Edgard Arístides Palacios Delgado, de 18. Al descubrirse el embarazo, los padres de ambos dieron el consentimiento para que la pareja se casara.
“Fue una chavalada aquella”, dice hoy Edgard Arístides, no el papá, sino el abuelo paterno de Sheynnis, agregando que al poco tiempo se divorció de María Elena.
Años después, Sheynnis se prometió a sí misma que no caería en lo mismo que sus padres y sus abuelos, que ella iba a estudiar y no tendría hijos tan joven. “El primer ciclo generacional que decidí romper fue justamente eso, no ser mamá joven y empezar a luchar por mis sueños. No quedarme en modo sobrevivencia. Y no quedarme en ya terminé la secundaria y ya voy a empezar a trabajar. No”, dijo, después de ganar Miss Universo, en una entrevista con la también nicaragüense Martha Debayle.
Sheynnis insiste en que fue criada por dos madres solteras, su abuela materna y su madre, porque esta última se separó del padre de Sheynnis al poco tiempo de haberse casado.
Una joven con sensibilidad social
Es evidente que se necesitan recursos económicos para llegar a ser la reina de la belleza mundial, pues son muy costosos los maquillajes, los vestidos, la dieta, la preparación académica, los peinados.
Algunas páginas especializadas en belleza explican que se trata de un proceso largo y complicado, debido a que las participantes deben seguir una serie de pasos durante un tiempo determinado con el fin de tener una buena preparación, que les ayude a desenvolverse de la mejor manera posible ante miles de personas que las ven en todo el mundo.
El de Sheynnis es un caso que llama la atención. Logró esa corona sin tener esos recursos. Ella ha explicado que todo ha sido gracias al esfuerzo de su abuelita materna, de su mamá, de ella misma, con el apoyo de algunos familiares y amistades, así como de las organizaciones de belleza en Nicaragua y patrocinadores.
“Soy una persona muy humilde. No tengo riquezas. Muchas personas dicen que ganan las personas de apellido, que tienen las posibilidades económicas. Realmente soy una persona muy esforzada, dedicada, y siempre he luchado por lo que quiero. Si uno de verdad quiere algo, realmente se puede lograr”, dijo Sheynnis en 2016, poco después de ganar Miss Teen Nicaragua, en una transmisión en una red social de esa organización.
Cuando murieron los bisabuelos maternos, Orlando Cornejo y Melania Pichardo, la abuelita de Sheynnis, Silvia Cornejo Pichardo, se puso a hacer nacatamales como una forma de ganarse la vida y en esa tarea le ayudaba su hija, Raquel. Más luego, también hicieron buñuelos.
A los cinco años de edad, Sheynnis, a quien solían llamar solo como Shey, casi murió ahogada por una espina que se le atragantó, mientras degustaba una sopa de pescado. A esa edad, el abuelito Orlando Cornejo la llamaba “Ratoncito”, porque le gustaba mucho el queso. “Esa niña era la adoración de los abuelitos (bisabuelos Orlando Cornejo y Melania Pichardo)”, cuenta un vecino. La mamá, Raquel, le llama “Corazón”.
Y, cuando iba a cumplir ocho años de edad, fue cuando su mamá y su abuelita comenzaron a hacer nacatamales y buñuelos. Ella, aunque pequeña, les ayudaba en esa tarea. En medio de las dificultades económicas, aquellos fueron días bonitos para la futura reina de la belleza mundial. Ha contado que le encantaba comer las manuelitas que le preparaba la abuelita Silvia. Su Mita, su mamita, o la Tita, como también le llama.
En aquel tiempo, las calles de su casa eran de tierra, pero ahí Sheynnis jugaba futbol o a al escondido con sus vecinitos. Más tarde, cuentan los vecinos, Sheynnis se volvió apartada, aunque siempre muy amable, afirman. “Aquí se le quiere mucho a esa niña, muy buena, educadita, cariñosa. Y ahora la quieren en todo el mundo”, explica un vecino. Hoy, esas calles están embaldosadas. En la casa, le encantaba jugar con una muñeca pelona a la que llamaba Sofía.
La abuelita le enseñó a leer la Biblia y le inculcó el catolicismo, una creencia que se reforzó cuando la matricularon en el primer nivel de prescolar del colegio La Salle, Monseñor Lezcano, a una cuadra de su casa, donde aprendió más sobre la Virgen María.
“Aquí pasó la primaria completa. Fue muy inteligente, sobresalía. Siempre fue primer lugar en todo. Participaba en todo, no huía. No decía que no podía. Aunque no pudiera, participaba”, contó un profesor de la escuela La Salle, Monseñor Lezcano.
La madre, Raquel, siempre estuvo atenta al desarrollo académico de la niña, recuerda el maestro. Llegaba a todas las reuniones de padres de familia y no le bastaba, también llegaba en otros días “a preguntar cómo iba la niña”.
Fue en el colegio La Salle, Monseñor Lezcano, afirma el maestro, donde Sheynnis adquirió la sensibilidad social que ahora le caracteriza, ya que “el concepto de los hermanos de Lasalle es servicio, fraternidad, ayudar al más necesitado”.
El padre, Edgard Arístides Palacios García, era el gran ausente. Hasta renunció a su trabajo cuando fue a los juzgados a pedir el divorcio a Raquel y un juez le impuso una pensión alimenticia para la niña.
Venciendo obstáculos
La madre de Sheynnis se esforzaba por cumplir con las matrículas y las mensualidades de la escuela primaria, pero, la niña fue tan destacada en sus estudios, que cuando pasó a secundaria la mandaron con una beca al colegio La Salle de Managua.
A partir de entonces, esa sería la maniobra de Sheynnis para seguir educándose en buenos centros de estudios, mantener un alto nivel académico para mantener una beca, incluso, cuando fue a la universidad.
En el año 2013, cuando Sheynnis estaba en segundo año de secundaria, el colegio La Salle conmemoró 100 años de existencia y hubo muchas actividades para celebrar, entre ellas la elección de Miss La Salle.
Ahí empezó la carrera de Sehynnis hacia Miss Universo. Ella fue la electa Miss La Salle 2013 y su madre la empezó a apoyar en ese tipo de certámenes porque, dijo en una entrevista en Canal 11, veía que su hija siempre cumplía las metas que se proponía y se le miraba el esfuerzo.
Una tarde de 2016, Sheynnis se apareció ante ella diciéndole que al día siguiente se cerraba la inscripción para participar en Miss Teen Nicaragua. Se inscribió como representante de Carazo, pero no tiene nada que ver con ese departamento. En un Facebook Live, y después de ser consultada por una joven, Sheynnis explicó que representó a Carazo porque ahí tiene “sus orígenes”. Pero ella es nacida y criada en Managua.
En aquel entonces, Sheynnis medía 1.75 metros de estatura (hoy tiene 1.80 metros). Siempre ha sido delgada. Y, a través de su escuela, le gustaba participar en grupos misioneros católicos.
Su carisma de joven alegre, su inteligencia y el dominio de la pasarela le ayudara en aquel certamen. El 3 de julio de 2016, Sheynnis fue coronada como Miss Teen Nicaragua y, un año después, participó en Miss Teen Universo, donde quedó en el Top 40. Aún así, Sheynnis se fue creando la fama de que, concurso de belleza en el que participaba, concurso de belleza que ganaba.
En la casa, la economía familiar no mejoraba. Incluso, la mamá la apoyó en Miss Teen a pesar de que en ese momento se encontraba sin trabajo. Por eso, cuando Sheynnis llegó a la universidad, en 2017, comenzó a llevar a la universidad los buñuelos que su abuelita y su mamá hacían. Ella misma lo ha confesado en varias entrevistas de que, aunque estaba becada en la Universidad Centroamericana (UCA), la beca solo cubría mensualidades. Le hacía falta dinero para fotocopias, trabajos de campo, transporte, alimentación.
A veces, tenía la mala suerte de que el almuerzo que su abuelita le prepara, debido al calor, se le “maleaba”. Entonces, hubo gente que le ayudó bastante. Amigas o amigos que compartían sus almuerzos con ella o que le daban los 2.50 córdobas que cuesta el pasaje del transporte urbano colectivo de Managua.
Poco después, los presentadores del Canal 13, televisora de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, se burlaron de ella porque vendía buñuelos. Una de ellas, Franceliz Sandoval, la llamó “Miss Buñuelo”.
La situación económica de Sheynnis mejoró casi al mismo tiempo que ganó el certamen de Miss Mundo Nicaragua 2020, el sábado 15 de febrero de ese año. Sheynnis comenzó a ser imagen de varias marcas nacionales e internacionales, lo que le proporcionó un desahogo económico. Hasta un carro se compró. Era uno usado, que se le apagaba cada cierto tiempo, reveló ella misma.
Además, posteriormente se graduó como comunicadora social en la UCA y seguidamente empezó a trabajar como presentadora de televisión en el Canal 11.
El triunfo
El 18 de noviembre de 2023 ya es una fecha histórica en Nicaragua. Ese día, en el evento final de Miss Universo, Sheynnis pasó encima de las declaradas mujeres más bellas de 84 países y se coronó como la nueva reina de la belleza mundial. Nunca antes lo había logrado una nicaragüense.
Para esos días, en la familia prevalecían los problemas económicos. En diciembre de 2022, su mamá, Raquel, salió de Nicaragua por la frontera norte, realizó la peligrosa travesía que ha dejado miles de migrantes muertos en su camino hacia los Estados Unidos y ese mismo mes entró al país norteamericano, poco antes de que las autoridades norteamericanas le cerraran las puertas a los migrantes ilegales e instauraran el parole humanitario como la única vía para quienes deseen buscar mejor vida en ese país.
Esa sería la razón por la que después Raquel no pudo viajar a San Salvador, El Salvador, para ver a su hija alcanzar su máximo sueño, el que se trazó cuando ganó Miss La Salle 2013.
Raquel tuvo que irse porque ya no daba abasto para sufragar los gastos de la casa el negocio familiar de nacatamales ni el de buñuelos, al que habían llamado Buñuelos La Guadalupana, el que hasta contaba con servicio delivery.
Durante el último año, Sheynnis vivió solo con su abuela materna y su hermano menor, pero se enrumbó a ganar el concurso de Miss Nicaragua 2023. Mejoró el desfilar en la pasarela y, con la ayuda de la propietaria de la franquicia de Miss Nicaragua, Karen Celebertti, quien le vio potencial, ganó Miss Nicaragua el 5 de agosto de 2023.
Así, se convirtió en la primera mujer que gana los tres principales certámenes de belleza del país: Miss Teen Nicaragua (2016), Miss Mundo Nicaragua (2020) y Miss Nicaragua (2023).
Uno de los problemas con los que batallaba desde hacía tiempo era la ansiedad y tuvo que acudir a una psicóloga. “He trabajado la gestión de mis emociones y, actualmente, gracias a las herramientas y técnicas brindadas, he visto un gran avance en mí”, le dijo Sheynnis a La Prensa tras ganar Miss Nicaragua.
La enfermedad le afectó tanto que llegó a empatizar mucho con todas las personas que sufren de algún problema mental y hasta creó un podcast para abordar los diferentes tipos de padecimientos mentales al que llamó: Entiende tu mente.
Una noche maravillosa
Llegado el 18 de noviembre, desde San Salvador Sheynnis posteó en sus redes sociales: “Esta noche se la dedico a mi niña interior y a cada una de las niñas que anhelan cumplir este sueño. Ni el mismo cielo es límite. Sueñen tan grande que la gente piense que es imposible de conseguir, porque es ahí cuando sabes que tus sueños y metas sobrepasarán barreras. Y recuerda acompañarlos con determinación, perseverancia y pasión”.
No se imaginaba lo que estaba por ocurrirle.
En Nicaragua, la gente estaba a la expectativa. En muchos hogares nicaragüenses seguían en directo el evento, que dio inicio a las 7:00 de la noche, hora nicaragüense.
En el barrio La Fuente, en la casa que Sheynnis creció, su abuelita, su hermano menor, sus demás familiares y muchos vecinos se juntaron para ver a Sheynnis. En San Francisco, California, la mamá, Raquel, también seguía la transmisión acompañada de otros familiares.
Es muy probable que algunos esperaban que Sheynnis ganara, pero debieron ser pocos. La ilusión comenzó cerca de las 7:20 de la noche, cuando Sheynnis fue la primera concursante en ser llamada a integrar el Top 20. Sheynnis, asombrada, juntó las palmas de las manos frente a su boca, en actitud de dar gracias a Dios. En varios lugares del país se escucharon gritos de júbilo, según se difundió en las redes sociales.
En el gimnasio nacional José Adoldo Pineda, en San Salvador, donde se realizó el evento final de Miss Universo, tronaron los aplausos para Sheynnis. Los especialistas comentaban que la nicaragüense era la favorita del público.
A las 8:11 de la noche, inició el desfile en traje de baño y Sheynnis causó tan buena impresión, especialmente cuando se giró sobre su propio eje, un movimiento que realzó su espectacular figura, que ocho minutos después fue llamada a formar parte del Top 10. Las redes sociales mostraron la algarabía que hubo en los hogares nicaragüenses y en los bares. En ese momento igualaba la mejor presentación de una nicaragüense en ese certamen de belleza, la de Xiomara Blandino en 2007.
Sin embargo, Sheynnis iba más allá. Cerca de las 8:55 de la noche, la llamaron al Top 5. Sheynnis no lo podía creer. Con un vestido blanco, cubierto con una capa azul, en una imagen que evocaba a la Virgen María, a la que en Nicaragua llaman La Purísima, Sheynnis primero fue al centro de la pasarela y luego se unió a las demás miembros del Top 5, siempre entre los aplausos del público.
Seguidamente, a Sehynnis le preguntaron sobre qué cualidades y valores le guiaban para ser un buen ejemplo para los demás y ella contestó que eran la humildad y el aprender a agradecer las pequeñas, arrancando más ovación del público.
A las 9:16 de la noche Sheynnis entró en el Top 3. Estaba a un paso de la corona, pero debía todavía eliminar a Miss Tailandia, Anntonia Porsild, y a Miss Australia, Moraya Wilson. Sheynnis todavía debió responder que si pudiera vivir un año en el lugar de otra mujer, a quién escogerías y por qué. La reina nicaragüense respondió:
“Escogería a Mary Wollstonecraft, porque fue la primera mujer que abrió brecha a los derechos de las mujeres. Vivió una situación muy difícil. Y haría lo posible para que las brechas salariales de esa época fueran la oportunidad perfecta para que muchas mujeres pudieran trabajar en cualquier área que se puedan desempeñar, porque no hay límites para la mujer. Podemos y tenemos la capacidad. Esa época fue 1756. 2023, haciendo historia”.
Las aclamaciones para Sheynnis no cesaban. Y, en su cuenta oficial de X, el certamen Miss Universo comentó sobre dicha contestación: “Bien hecho, Sheynnis”.
Miss Australia quedó como segunda finalista del certamen y todo se iba a definir entre Sheynnis y la tailandesa Anntonia Porsild. A las 10:20 de la noche Sheynnis ya era Miss Universo 2023. Fue cuando las redes sociales reportaron la algarabía de los nicaragüenses en distintas partes del país, con la Policía incapaz de detener los tumultos que tanta alergia le causando a los dos dictadores de Nicaragua.
Persecución
Sheynnis ya no regresó a Nicaragua, porque el contrato con Miss Universo supone que debía viajar inmediatamente a Nueva York, a cumplir compromisos con la corona.
Sin embargo, se conoció que la dictadura no la iba a dejar entrar al país, una suposición que cobró más fuerza cuando el régimen Ortega Murillo desterró a Karen Celebertti a México y mantiene detenidos, acusados de traición a la patria a su esposo, Martín Argüello Leiva, y a su hijo Bernardo Martín Argüello Celebertti.
Hasta secuestraron por unas horas el traje de zanate con el que Sheynnis desfiló en traje típico en Miss Universo, el que fue entregado al diseñador Jorge Salazar. Luego, la Policía apareció devolviendo los vestidos de Sheynnis a su familia en el barrio La Fuente.
Por el momento, durante un año vivirá en un lujoso apartamento de Nueva York, hasta que entregue la corona a su sucesora, devengando un salario anual de 250 mil dólares. El dinero ya no es una preocupación para ella y su familia, aunque la lucha ahora es reunificarla, con su madre en San Francisco, California y su abuelita y su hermano en Nicaragua.