Todas las mañanas Jimmy Romero llega a su trabajo, canal 14 de televisión. La dinámica ha cambiado en el equipo desde que se oficializó el primer caso de Covid-19 en Nicaragua el pasado 18 de marzo.
El cambio más radical parece simple, pero es todo un desafío; “estamos tratando de no saludar de mano”, dice Romero.
Él y su camarógrafo recibieron de la administración del canal mascarillas y guantes para sus labores diarias, “para que en el momento de las entrevistas con nuestras fuentes evitemos algún tipo de contagio”, explica el periodista.
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Los periodistas están preparados para ponerse en la primera línea de exposición ante cualquier situación; incendios, protestas sociales, fenómenos naturales. Pero un virus invisible y letal es sin duda un reto enorme. Los medios lo han comprendido y han encontrado parte de la solución en la tecnología.
“En ocasiones le solicitamos a nuestras fuentes que nos envíen las respuesta de nuestras preguntas grabándose con sus propios celulares para posterior enviarlo vía WhatsApp y así nos protegemos y también resguardamos la salud de ellos”, dice Romero.
Canal 10 también ha procurado la seguridad y protección de su equipo de prensa.
“A los periodistas y camarógrafos se nos ha dotado de mascarillas quirúrgicas, alcohol en gel para cada equipo y se nos ha orientado que utilicemos un plástico de envolver para el micrófono”, nos cuenta Michel Polanco Alvarado.
Polanco comenta que la opción de entrevistas por video llamadas, es una de las más utilizadas por los periodistas, “evitamos salir de la oficina si no hay necesidad de hacerlo”, indica.
Doble protocolo de seguridad
Kathia Reyes, es periodista de Radio Darío. El medio trata de levantarse de las cenizas, literalmente. En 2018 fue quemada por paramilitares durante las protestas sociales y ahora el escenario de la pandemia ha impuesto nuevas reglas a su protocolo de seguridad personal.
“Aunque estamos en contexto de pandemia, también estamos en contexto de represión”, nos cuenta Reyes, quien nos hace la observación para pedirnos no revelar su ubicación actual.
Para evitar usar lo menos posible el transporte púbico y reducir el riesgo de contagio, Kathia y muchos de sus compañeros de trabajo decidieron ir a vivir cerca de la radio de manera temporal, mientras pasa la pandemia.
La radio orientó reducir lo más posible las entrevistas presenciales.
“Hacemos contactos telefónicos, video llamadas, uso de redes sociales con las fuentes”, nos comenta.
El protocolo de seguridad sanitaria para estos periodistas es tan estricto como el de seguridad personal originado tras la persecusión estatal.
“Diseñamos un protocolo estricto de ingreso y salida, en caso de que saliéramos, uso de guantes y mascarillas, alcohol gel. Al volver de la calle, desinfectar zapatos, cambio de ropa , para luego ingresar a la redacción o la cabina”, nos explica Reyes.
El Covid-19 sin duda ha cambiado el ritmo de todas las profesiones. Al periodismo, acostumbrado al contacto directo con las fuentes y a la presencia en momentos críticos, lo ha llevado por ahora a acelerar su camino hacía la digitalización.
Ha obligado a periodistas y fuentes a adaptarse a las nuevas formas de comunicación que la tecnología ofrece, pero no ha podido apagar la información en un contexto en que esta se vuelve más indispensable que nunca.
Foto principal: Nicaragua Investiga
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